Cuando sientes esa chispa que se enciende dentro de ti y hace que se encienda tu motor, te motiva a hacer las cosas, a hacerlas dando tu 110%, eso es pasión.
Cuántas veces nos hemos topado con alguien que se dedica a algo, es muy bueno en lo que hace y resulta que estudió algo completamente diferente. O nos ha tocado trabajar con colegas súper dedicados que han llegado muy lejos y resulta que no tuvieron la oportunidad de estudiar. También está el caso de la familia en la que todos se dedican a lo mismo, pero él o ella decidió hacer otra cosa. ¿Qué puede ser lo que ellos tengan en común? Que lo que hacen, ¡lo hacen con pasión!
Cuando sientes esa chispa que se enciende dentro de ti y hace que se encienda tu motor, te motiva a hacer las cosas, a hacerlas dando tu 110%, eso es pasión.
Todos tenemos algo que nos apasiona, que nos hace vibrar, que hace resonar nuestra alma. Puede ser algo a lo que nos queremos dedicar o puede ser un hobbie, un pasatiempo, un deporte, o mejor aún algo que le imprimimos a lo que hacemos, sea lo que sea.
Primero identifica tu sueño, escucha tu cuerpo, ¿qué lo hace sentir? Pon atención en las señales, haz caso a tus corazonadas y pon todo tu empeño y tus ganas para lograrlo. Traza un plan, compromete, infórmate, estudia, practica, sé disciplinado.
No importa si en ese momento parece inalcanzable, no importa si te topas con obstáculos en el camino, o si todo parece difícil. Habrá veces que no tengas ganas o te sientas perdido; el camino no siempre es fácil. Lo importante no es cuántas veces nos caemos, sino cuántas veces logramos levantarnos. Haz una pausa, enfócate otra vez y recuerda por qué estas ahí; saca de adentro de ti ese combustible, esa pasión.
Cuando hacemos las cosas con la tranquilidad de que estamos haciendo lo que nos toca, cuando estamos seguros que en el intento no nos llevamos a nadie de encuentro, sino que ayudamos a los demás y dejamos un poquito de nosotros, entonces todo se va a ir dando poco a poco.
No te hablo de nada extraordinario, ni tampoco inalcanzable, es simplemente algo que tenemos en nosotros. Esa vocesita que a veces ignoramos y nos grita por dónde hay que ir o cómo hay que hacerlo. Ese instinto que nos lleva a seguir dando lo mejor de nosotros mismos. Solo tenemos que despertarlo, dejarlo salir y escucharlo.
Recuerda que lo más importante no es llegar a tu destino, sino disfrutar del camino.