«“Han pasado un par de años desde que fui portada en Se Balance, contando la historia de como un proyecto que inició como un plan personal se convirtió en una pasión y que al día de hoy sigue creciendo, impactando e inspirando vidas alrededor del mundo.”

Mis papás han sido siempre las personas más tenaces y trabajadoras, y siempre tuve en casa un ejemplo de perseverancia que junto a mi personalidad, me han llevado siempre a conseguir lo que me propongo.

Soy bailarina de ballet desde que tengo 3 años, el arte que me ha dado la disciplina que tengo. Empecé a dar clases a los 13 años, me acuerdo que me pagaban 10 pesos la hora. Lo disfrutaba muchísimo, me hacía sentirme realizada. A la par estudié y me gradué de Ingeniería Industrial y de Sistemas en el TEC de Monterrey. Siempre fuí muy deportista. En mi etapa universitaria salía a correr por las mañanas tempranito, descubrí que si lo hacía empezaba mi día mejor, además mi mamá lo hacía y no hay nadie a quien admire más que a ella.

A los 15 años conocí al amor de mi vida, Jesús el que ahora es mi marido y el mejor compañero de vida que me pudo tocar. A los 23 años nos casamos y nos fuimos a vivir a Jamaica. Aquí empezó nuestra aventura y la segunda etapa de mi vida: dejar Torreón. Pasamos un año y medio maravilloso, que nos consolidó como pareja, pues estábamos lejos del mundo entero.

Aunque lo tuve que “dejar todo”, no me costó para nada adaptarme. Ya había vivido antes en Montana USA y en Paris y siempre he sido muy positiva, me encanta verle a todo su lado bueno. Soy una fiel creyente de que la felicidad depende de cómo interpretas lo que te pasa, una frase que siempre me decía mi papá a quien siempre he admirado profundamente por su sabiduría, y su capacidad de sacrificio. Él era capaz de hacer cualquier cosa por su familia, poniéndose en la cola; pasábamos horas hablando y filosofando de la vida, y me enseñaba a relativizar los problemas. Reconozco que en esta época lo más difícil fue dejar el ballet, pues además en Jamaica no conseguí donde bailar, así que hacía mis clases solita en la sala de mi casa, y entonces descubrí otra de mis pasiones: el yoga. Tomaba clases con una canadiense que había vivido en la India, y es fecha que recuerdo sus clases. Ella me enseño a meditar.Hoy te platicaré la segunda parte de mi historia y te daré 3 consejos básicos que, si los aplicas, te cambiarán la vida como no te imaginas.

Una breve reseña de quien soy… Tengo 42 años, un gimnasio estilo boutique que se llama BYSU.MX donde puedes entrenar conmigo ya sea presencial o en línea. Mi experiencia como entrenadora personal es de 10 años y siempre es continua, tengo diferentes certificaciones en diferentes disciplinas, el título como Élite Master Coach y especializada en Senior Fitness como rehabilitadora deportiva, además imparto el taller de movilidad funcional en el Centro Geriátrico Geriatree aquí en Torreón.

Haz lo que te apasiona, toma las oportunidades que se te presenten a lo largo del camino.

En Abril del 2019 voy a Londres a certificarme en el equipo deportivo llamado KO8, el cual fusiona el uso de suspensión y resistencia y hace que tu entrenamiento sea más eficiente y en pocas palabras genera mayor calidad de vida y mejores resultados en menos tiempo. Lo interesante de este viaje es que fuí la primera mexicana en tomar la certificación, regresé feliz de implementarlo en mi gimnasio y orgullosa de llevar mi tipo de entrenamiento al siguiente nivel.

En julio del 2019 decido llamar al dueño de KO8 planteándole un proyecto interesante. Dada la trayectoria y calidad de mi trabajo, el 19 de julio me llaman diciéndome que mi propuesta era aprobada y que ¡podía empezar cuanto antes! Ahí nace SUREBODY el primer programa de entrenamiento en español lanzado por una empresa internacional y da comienzo una aventura increíble, la misión era llevar el lema “entrenamos donde queremos” por la mayor cantidad de diferentes locaciones posibles. Todo parecía un sueño, pero a partir de ese momento era mi nueva realidad. En Noviembre voy a Dubái a entregar el proyecto y se lanza en Marzo del 2020, teniendo increíbles resultados alrededor del mundo.

Durante el 2020 a pesar del status de la pandemia, para mi fue un año lleno de retos, donde trabajé intensamente, dando mi máximo esfuerzo, dejando mis miedos a un lado, comencé a adaptarme y a enfrentar la nueva situación mundial. Esta vez visitando los mejores lugares de México, grabando entrenamientos increíbles, compartiendo el contenido tanto en mi página como en la aplicación de KO8. El orgullo de mezclar la belleza de mi México con la calidad de mis entrenamientos y que cada vez más gente alrededor del mundo como España, Italia, Argentina, Dubái entre otros estuvieran interesados en el contenido era ¡increíble!

La diferencia entre los que destacan contra los que se quedan en una zona segura, es perder el miedo al fracaso. Todo mundo habla de lo hermoso que es soñar, y lo es, no me malinterpretes, pero en mi experiencia arriesgarte a fracasar, es parte de lo que te hace llegar a hacer lo inimaginable para conquistar tus sueños. Mi mantra es “No temas fracasar en grande”, sé consciente de que en toda meta que te plantees habrá fracasos de diferentes niveles.

Tip #1: Inevitablemente vas a fracasar, pero no te vas a rendir.

No te puedo decir que todo era miel sobre hojuelas. Cada día que pasaba era dar el máximo esfuerzo en todos los sentidos, desde crear rutinas increíbles, ignorar el cansancio físico, vencer todas las limitaciones que por causas ajenas a nosotros a veces nos impedían seguir con los planes, etc. A lo que voy es que la lucha es constante, no hay camino corto, no hay manera de hacerlo fácil. Recuerdo haber tenido días (los bautice como “lows-lows” porque eran días donde me sentía que tocaba fondo) muy difíciles, esos días donde muy poca gente se da cuenta de lo que realmente pasa. ¿Qué si tenía miedo a fracasar? Claro que sí, pero nunca paso por mi mente el rendirme. Soy una mujer fuerte, disciplinada y con mucha pasión por lo que hago. Sé que mi trabajo es un generador de salud, de confianza y amor propio hacia las personas a las que llego y es por eso por lo que el rendirme no está en mí. Abre bien tus ojos, agradece, cuida y atesora a esas personas que estarán ahí para ti, para ayudarte de una u otra forma a no rendirte, a levantarte y a seguir creyendo en ti.

Inevitablemente vas a fracasar, pero lee la siguiente línea con mucha atención: No te reprimas, no te intimides, no tengas miedo, ¡no te rindas! A veces fracasar es la mejor manera de entender a dónde vas.