Es muy común que en estas fechas, cuando un año recién comienza, estamos entusiasmados y llenos de cosas por hacer, tenemos la costumbre de hacer la tan famosa lista de propósitos, la cual a decir verdad la mayoría de las veces se queda en un cajón olvidada, con alguna que otra palomita por ahí y cuando la cosa se pone difícil, terminamos por esconderla en lo más profundo de nuestro ser porque no queremos que la culpa y el remordimiento lleguen al ver que no hemos cumplido varios de los propósitos antes mencionados. Y si salen a la luz, pues nunca falta una buena auto justificación para hacernos sentir mejor.
No me mal interpreten, no quiero decir que no tengamos metas que lograr y que tengamos que trabajar bien duro para alcanzarlas. No quiero sonar mediocre ni conformista, más bien quiero ¡sentirme libre!
Este año me dispongo a hacer algo diferente, en lugar de llenarme de quieros y cuandos, los voy a cambiar por gracias y puedos, por sueños y anhelos. Y en lugar de depositar toda mi energía en alcanzar algo para que cuando tenga eso ahora sí sea feliz, cuando alcance esto otro ahora sí seré exitoso, cuando ésta situación cambie, ahora sí estaré en paz.
En lugar de depositar mi energía en tachar fechas en el calendario y vivir en el futuro esperando que las cosas lleguen, me centro en el ahora, en lo que tengo, en lo que soy, en el hoy.
Escucho verdaderamente a mi corazón y le hago caso, qué es lo que me hace vibrar y me hace sentir vivo, escucho ese sueño olvidado y trato de vivirlo.
Hago un balance del año que se fué, agradezco profundamente lo que llegó y también lo que no, ya que sólo hace lugar para algo mejor.
Observo mis errores y tropiezos, pero no con culpa, sino con madurez y amor para poder aprender las lecciones que tenían para mí. Y aquí si pongo atención en no repetirlos.
Agradezco a los que siguen a mi lado y me comprometo a cuidarlos y estar ahí para ellos y despido a los que se han ido por cualquier circunstancia, espero haber dejado algo bueno en ellos a mi paso por su camino.
Escucho mi cuerpo y trabajo en darle lo que me pide a gritos, más salud, más movimiento, lo lleno de energía con cosas que me hacen bien, no por alcanzar un número en la báscula o por las imágenes que veo en las redes sociales. Agradezco que mi cuerpo se puede mover, que funciona como una máquina perfecta y soy consciente que está en mí que así siga siendo.
Le pongo especial atención a mi interior, a esa vocecita que tantas veces ignoro y lo único que quiere es guiarme y acompañarme. Voy más hacia adentro, en lugar de buscar afuera.
Este año quiero que sea diferente; quiero ser consciente de lo que pasa en mí y lo que pasa a mi alrededor, planeo vivir intensamente cada situación que se me presente.
Aprovecharé mi día a día para trabajar en ser mejor y dar lo mejor de mí a los demás, me rodearé de mi familia y amigos y les daré mi tiempo y amor así como también me lo daré a mí misma.
Este año prefiero no pensar en lo que quiero tener o alcanzar sino querer mucho lo que ya tengo y abrir mis brazos a recibir con amor todo lo que venga para mí.