La autoestima es la opinión que tenemos de nosotros mismos, en las amas de casa quienes por lo general nos postergamos para atender a todos los demás y muchas veces no somos reconocidas por el esfuerzo que realizamos día con día, es muy frecuente que la autoestima vaya en decadencia, recuerda que ¡todos hacemos y tenemos cosas extraordinarias!
Este tema es muy amplio, pero empezaremos a identificarnos para ver como nos encontramos cada uno de nosotros. Es indispensable trabajar en la relación conmigo mismo.
El autoconocimiento es el punto de partida y la base para el cambio, donde hay miedo hay cambio sin duda; pero es la pauta para el desarrollo. Es necesario hacer un alto en el camino; detenernos a pensar en nuestra infancia y la vida actual para detectar nuestras conductas dependientes y codependientes.
Dependencia: Es la forma de relacionarse, en la que te diriges a los demás, para ser ayudado, sostenido y guiado. Es un signo de autoestima baja y la percepción que tengo de mi mismo incluyendo la escasa confianza; pues se busca la aprobación de un tercero y la seguridad esta basada en los demás, incapaz de tomar decisiones por si mismo sin un incentivo externo.
Existen niños que presentan una sumisión educativa por agradar a los padres y ser aprobados, esto genera codependencia. La falta de atención, así como la sobre protección pueden dar pie a esto. Como padres quienes aprendemos de manera lirica y muchas veces es necesario a prueba y error buscar un punto medio.
Para formar hijos responsables y maduros es necesario dar cierta independencia de acuerdo a su edad más la confianza en la toma de decisiones, esto quiere decir libertad en equilibrio para hacerse cargo de sus acciones.
+ Libertad sin responsabilidad se convierte en libertinaje.
+ Responsabilidad sin libertad genera dependencia y codependencia.
Codependencia: Es ser complaciente con el otro, generalmente puede ir ligado a la vergüenza, baja autoestima y el miedo al abandono entre otros factores. Un patrón de dependencia dolorosa, comportamientos compulsivos y de aprobación de los demás.
Deja que el comportamiento de otra persona le afecte y esta obsesionado con el control del comportamiento de esa persona. Necesita que el otro sea feliz para uno también ser feliz. Estas personas dejan de ser ellos mismos
Se puede romper con esta dinámica cuando uno de los dos se rehabilita, puedes ser dependiente de tu familia de origen y codependiente en tu relación de pareja, por ejemplo.
En este punto debemos aprender a dejar de brindar la ayuda a quienes no nos la piden (amigos y familiares no cercanos) pues esto también es una manifestación de codependencia, ya que nos saturamos de cosas que no son necesarias o prioritarias. Es normal preocuparse por nuestros seres queridos, pero no en exceso. Los codependientes estrangulan su interior para acomodarse a los demás.
Para la formación de nuestros hijos es necesario marcar limites claros, definir consecuencias en caso de no respetarlos; dependiendo de las circunstancias como edad de los hijos y situaciones extraordinarias.
A veces lastimamos a los que amamos y otras veces son ellos quienes nos hacen daño, pero es como funcionan las relaciones humanas. Algunas veces la vergüenza y la culpa nos asechan, pero es necesario también autoperdonarnos para no caer en una codependencia extrema.