Grasas parcialmente hidrogenadas, transgénicas, saturadas, Omega-3, Omega-6, Omega-9, poli insaturadas, mono saturadas, son tantos tipos diferentes de grasa y escuchamos tantas cosas en los medios de comunicación que hasta en la ciencia parecen estar en conflicto sobre cuáles grasas son saludables y cuáles no.
No es de extrañar que muchas personas estén confundidas qué tipos de grasas debemos comer y qué tipos deberíamos evitar.
Principales tipos de grasas
Saturadas
Son sólidas a temperatura ambiente. Incrementan potencialmente el riesgo de enfermedades cardíacas.
Las encontramos en alimentos como carne de res, aves, cerdo, coco, aceite de palma, lácteos.
Lo que se recomienda generalmente es limitar el consumo de carnes y mantequillas.
Mono Insaturadas
Son líquidas a temperatura ambiente, pero se vuelven sólidas cuando se enfrían. Nos ayudan a elevar nuestro colesterol “bueno” el HDL, y a reducir el “malo” el LDL. Son consideradas generalmente saludables para el corazón y se recomienda consumirlas diariamente.
Las encontramos en los aguacates, aceitunas, aceite de oliva, frutos secos, aceite de girasol, semillas, rodaballo, bacalao, caballa, vegetales ricos en ácido oleico.
Poli Insaturadas
Su consistencia es líquidas a temperatura ambiente e incluso cuando se enfrían.
Estas son las grasas omega – omega-3, omega-6 y omega-9. Estas grasas también nos ayudan a elevar el colesterol HDL y disminuir el LDL. Los ácidos grasos omega son considerados anti-inflamatorios saludables para el corazón.
Las podemos encontrar en pescados grasos como el salmón, sardinas, caballa, arenque, trucha, atún fresco, semillas de linaza, nueces, aceite de semilla de linaza, aceite de soya orgánico.
Se recomienda comer peces de agua fría tres veces por semana y grasas poli- instauradas de origen vegetal con frecuencia.
Grasas Trangénicas
La mayoría de las grasas trans son creadas industrialmente mediante la adición de enlaces de hidrógeno a los aceites líquidos para hacer un producto más estable y duradero. Sin embargo, algunas grasas trans se producen naturalmente en carnes, cordero, mantequilla y productos lácteos.
Estas grasas son muy perjudiciales y por el contrario de las dos anteriores nos elevan el colesterol “malo” el LDL y nos reducen el “bueno” el HDL, lo que conduce a la acumulación de placa en las arterias y aumenta el riesgo de enfermedades del corazón.
Se puede encontrar en: margarina, alimentos procesados, dulces, papitas, refrescos, pasteles de hojaldre, algunas cremas de cacahuate.
Sabiendo esto, evitemos al máximo productos con aceites parcialmente hidrogenados en sus ingredientes, que por desgracia son los productos que mas se comercializan. Chica las etiquetas de tus productos y si dice aceite parcialmente hidrogenado, ¡no lo compres!
Así pues con esta información podemos saber cuáles son las mejores opciones para elegir y evitar todas aquellas que nos perjudican en silencio dañando así nuestra salud.