Hoy en día el estrés es la nueva epidemia del siglo XXI, afectando millones de personas a nivel mundial. Ante la presencia de signos y síntomas que son confundidos con ciertas patologías o ignorados, el estrés interfiere con la capacidad de disfrutar la vida y funcionar adecuadamente.
Se estima que:
43% de los adultos sufren de efectos secundarios en su salud a consecuencia del estrés.
Entre 75% y 90% de las consultas de medicina general son por enfermedades o síntomas relacionados.
Existe una vinculación entre el estrés y las causas más frecuentes de mortalidad: Enfermedades cardiovasculares, cáncer, problemas pulmonares, cirrosis y suicidio.
¿Qué es el estrés?
El estrés es la reacción del cuerpo a un desafío o evento demandante originado ante una situación de cambio, es decir, un conjunto de experiencias o factores que amenazan con la inestabilidad emocional y física de una persona. En pequeños episodios el estrés es positivo, pero cuando el estrés se prolonga, puede dañar su salud.
El estrés se experimenta como una respuesta de alarma correlacionada con la secreción de hormonas en el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, provocando exceso de cortisol.
¿Cómo saber si tengo problemas
de exceso de cortisol?
- Trabajo para levantarse por las mañanas.
- Sueño no reparador.
- Ganas excesivas por consumir alimentos dulces o salados.
- Aletargamiento.
- Irritabilidad.
- Bajo libido o deseo sexual.
- Recuperación lenta ante enfermedades.
- Mareos.
- Depresión leve.
- Falta de interés/apatía a la vida diaria.
- Pérdida de memoria.
- Intolerancia.
- Baja en la productividad.
Pero entonces, ¿cómo podemos combatir el estrés y recuperar la energía?
Primero, se debe llevar una dieta anti-inflamatoria que incluya alimentos ricos en omega 3 como pescados, aguacate, semillas, incluir frutos rojos (ricos en antioxidantes), verduras de hoja verde. Agregar también hierbas o especias como cúrcuma y jengibre que fortalecen nuestro sistema inmune y son conocidos por ser muy potentes antiinflamatorios.
Es imprescindible eliminar alimentos procesados, estimulantes como alcohol, cafeína, alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas que nos roban energía nos inflaman y oxidan y generan disbiosis, que es un desequilibrio en la microbiota.
Segundo paso, encontrar una actividad relajante. Desde yoga, tai chi y meditación, hasta un baño caliente en la tina con sales de baño como sales de epson con magnesio que ayuda a relajar el sistema nervioso y aromaterapia como 10 gotas de aceite de lavanda. La lavanda es muy efectiva para disminuir los niveles de cortisol y ayuda a mantener un balance hormonal.
Existen muchas otras cosas que se pueden hacer para reducir las respuestas de estrés, un masaje, respirar profundo. Actividades muy simples tienen un efecto profundo. Realizar actividad física regularmente siempre es importante – una caminata matutina, un paseo en bicicleta, sin competir.
También es recomendable tener una rutina. El Dr. Mark Hyman afirma que el ritmo es clave para mantener tus hormonas en balance. Ir a caminar a la misma hora todos los días, ir a la cama a la misma hora y comer a la misma hora. Estos son ritmos en la vida que le ayudan a tu cuerpo a tener un balance natural. Seguir tus ritmos naturales de trabajo y descanso durante el día también es esencial. Toma una pausa cuando estés cansado. Si nunca te tomas ese tiempo, tus adrenales van a agotarse.