Las hormonas son como mensajeros químicos que recorren tu cuerpo y cerebro, diciéndole a tus células y sistemas que hacer.
Las hormonas y tu salud.
Muchas mujeres peleamos con los mismos problemas de salud: estrés, insomnio y ganancia de peso por mencionar algunos. Pero también tenemos miedo, niveles bajos de energía, picos de elevación de azúcar en la sangre y cambios de humor. Mientras que hay muchas razones externas por las que puedes presentar estos cambios mentales y físicos, también hay razones internas, funciones biológicas que pueden sabotear tu bienestar, una de las principales: Tus hormonas.
Desde estrógenos a cortisol e insulina, esta red compleja de mensajeros químicos que ayuda a nuestro cuerpo a funcionar, también es una guía que nos indica qué tan bien funciona nuestro cerebro y otros órganos. Si por alguna razón la señal de estos mensajeros está fallando, encontrarás que tu cuerpo y mente pueden sufrir las consecuencias, resultando en condiciones como bochornos a edad temprana, ansiedad o grasa abdominal que no importa qué intentes, no puedes perderla.
La endocrinología, la rama de la medicina que estudia las hormonas, es compleja. Pero hablaremos sobre algunas de ellas para que puedas entender más sobre su funcionamiento y puedas disfrutar tu vida al máximo.
Estos mensajeros químicos que recorren tu cuerpo y cerebro, diciéndole a tus células y sistemas que hacer. Así es como trabajan.
1- Nuestras hormonas están en todos lados
Decenas de glándulas están soltando diversas hormonas todo el tiempo. Estos compuestos al circular en la sangre nos ayudan a respirar, nos indican cuándo comer (y cuándo dejar de comer), curan nuestras heridas y nos ayudan a embarazarnos. Ninguna hormona es buena o mala: La hormona del estrés (cortisol) nos ayuda a mantener una presión sanguínea y circulación normales, pero puede estimular el hambre; los estrógenos protegen a nuestros huesos y mantienen nuestra piel hidratada, pero también disparan los bochornos pre-menopausia. Estos químicos están en constante comunicación uno con otro, al igual que con diversos componentes en el cuerpo, para mantenerse en balance.
2- Pequeños cambios tienen consecuencias masivas
Al igual que el aceite en tu coche, quieres la cantidad adecuada de cada hormona. Por ejemplo, si la hormona estimulante de la tiroides (TSH) sale de rango, aunque sea por unas malignidades, la memoria, temperatura del cuerpo y muchas otras funciones comienzan a alterarse. Los niveles de hormonas se miden en sangre, orina o saliva. Si has hecho pipí en una prueba de embarazo ya revisaste una hormona tú misma.
3- La testosterona también es importante para mujeres
Esta hormona sexual “masculina”, producida por los ovarios y las glándulas adrenales, puede ayudar a mantener tu libido elevado. Tus niveles comienzan a disminuir de forma natural a partir de los 30 años. Los niveles disminuyen aún más en la menopausia y la suplementación de testosterona puede ayudar a algunas mujeres con su apetito sexual. Sin embargo, un desequilibrio más común es el escaso de testosterona: el síndrome de ovario poliquístico (SOP) afecta hasta al 10% de las mujeres en edad reproductiva y es la mayor causa de infertilidad.
4- El azúcar si importa
Si tus niveles de hemoglobina A1C son de 6.5 o mayores, tus niveles de glucosa son en promedio más altos de lo normal. Esto quiere decir que tienes diabetes y tienes mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, infarto, daño renal, ceguera y otras condiciones serias. La diabetes tipo 2 ocurre cuando tu cuerpo no puede utilizar de forma adecuada la hormona insuilna, la que ayuda a disminuir los niveles de glucosa en sangre. La enfermedad puede prevenirse con ejercicio regular y una dieta saludable, pero una vez que se desarrolla puede ser necesario controlarse con medicamentos.
5- El peso afecta las hormonas
Al igual que la alimentación, sueño y ejercicio. Ganar o perder peso puede modificar la insulina, estrógenos, progesterona, testosterona, hormonas tiroides, leptina y grelina (las hormonas de hambre y saciedad respectivamente). Pierde 10% de tu peso corporal a través de una alimentación saludable y ejercicio, verás que mejora la respuesta de tu cuerpo a la insulina y disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Algunos tipos de ejercicio (intervalos de alta intensidad o ejercicios de fuerza de alta intensidad) también pueden mejorar la hormona de crecimiento, lo que puede mejorar la composición corporal. Además, un sueño adecuado mantiene la tan importante glándula pituitaria (conocida como la glándula maestra por la influencia que tiene en las demás), junto con otras glándulas reguladas por el ciclo circadiano.
6- Una hormona que puedes no haber escuchado nunca juega un papel importante en la salud de tus huesos.
La hormona paratiroidea se produce en la glándula paratiroidea y rastrea tus niveles de calcio. (La glándula paratiroidea no tiene nada que ver con la glándula tiroidea- simplemente son vecinas en tu cuello.) Cuando circula demasiada hormona paratiroidea – usualmente por un tumor benigno en la glándula – el calcio en sangre se eleva mientras que tu cuerpo se roba el calcio de los huesos, causando osteoporosis. Las mujeres tienen mayor predisposición a problemas con la glándula paratiroidea.
7- Los contaminantes pueden desajustar las hormonas
Las sustancias químicas en nuestra comida, agua, productos de cuidado personal y medio ambiente pueden entrar a nuestro cuerpo e imitar o bloquear hormonas, evitando que funcionen de manera adecuada. Químicos disruptores endocrinos (EDC) incluyen los conocidos BPA y ftalatos localizados en plásticos, pero hay muchos otros. Los EDC se han relacionado a todo desde endometriosis hasta discapacidad de aprendizaje y algunos tipos de cáncer, aunque se necesita una mayor investigación. Para estar del lado seguro, evita pesticidas, elige contenedores de vidrio y acero inoxidable en lugar de plástico y consume alimentos frescos sin aditivos ni colorantes.
8- Si tus orgasmos no son eléctricos, tus anticonceptivos pueden ser los culpables
Un efecto secundario de las pastillas anticonceptivas es que disminuyen los niveles de oxitocina en el cerebro, conocida como la hormona de apareamiento. Mayores niveles de oxitocina se relacionan a mayor intensidad en el orgasmo. Además, menores niveles de oxitocina pueden influir en la atracción por la cara de tu pareja, la encuentras menos atractiva y tus niveles de celos podrían incrementar.
9- Un nuevo tratamiento para los bochornos, sin requerir de hormonas, podría estar en camino
Las mujeres con perimenopausia pueden sufrir de bochornos y sudoración nocturna excesiva por sus fluctuaciones en estrógenos, usualmente a estas mujeres les recomiendan terapia de reemplazo hormonal o antidepresivos y a algunas les gustaría una alternativa. Afortunadamente tenemos un nuevo remedio a la vista, actualmente se está estudiando el bloqueador del receptor de neuroquinina-3 (o bloqueador de NK-3), un medicamento que frena el proceso cerebral que inicia los bochornos. Si todo va de acuerdo al plan, una pastilla diaria estará disponible en algunos años.