En esta ocasión les quiero escribir acerca de las líneas de afirmación, seguramente ya se han encontrado con escritos que mencionen algo con respecto a las afirmaciones y también han escuchado algo acerca de los decretos, pero poco sabemos de la ciencia que hay detrás y por lo mismo muchas veces es interpretado como algo fantasioso, que no es creíble y que está lejos de servir.
Primero que nada, vamos a conocer qué significa afirmar. Afirmar es poner en firme, es asegurar, es dar por cierto algo.
Cuando hacemos una línea de afirmación para nosotros o para alguien más estamos poniendo en firme y dando por hecho algo en específico. Es una declaración.
Louis Hay decía que una afirmación es realmente todo lo que dices o piensas. Sin embargo, mucho de lo que normalmente decimos y pensamos es bastante negativo y no crea buenas experiencias para nosotros. Entonces tenemos que reeducar nuestro pensamiento y hablar en patrones positivos si queremos cambiar nuestras vidas.
Todo parte del pensamiento, siendo más específicos, todo parte de lo que afirma nuestro pensamiento.
Nuestro pensamiento produce un sentir y la combinación de nuestro pensar y nuestro sentir genera energía electromagnética que manda y atrae señales que contienen frecuencia vibratoria, eso que pensamos acerca de nosotros, acerca de los demás y de las experiencias que tenemos con respecto a lo que nos rodea determina nuestra calidad de vida, por eso vale la pena reeducar a nuestra mente para pensar y sentir mejor y este trabajo lo podemos iniciar con las líneas de afirmación.
Las afirmaciones funcionan, porque tiene la capacidad de impactar y programar a nuestra mente para que trabaje en base a una idea determinada.
Lo cierto es que la repetición de este tipo de verdades, en forma de afirmaciones positivas, ha ayudado a miles de personas a realizar cambios significativos en sus vidas.
Con las afirmaciones positivas, puedes cambiar tu proceso de pensamiento y hacer que éste juegue a tu favor, y no en contra, puedes ponerte en el estado de conciencia de la gratitud, reconocer y desarrollar tu innata perfección, corregir modelos mentales equivocados y cumplir con metas y objetivos.
Si además escribimos estas afirmaciones, el poder de estas declaraciones se multiplica al involucrar nuestros sentidos y al dejar por escrito contratos con nosotros mismos.
Mark McCormack nos habla de un estudio sobre las metas en su libro What they don’t teach you at Harvard Business School [Lo que no te enseñan en la escuela de negocios de Harvard]. En este libro nos cuenta sobre el estudio que se realizó con estudiantes del programa de MBA de Harvard en 1979. Ese año se preguntó a los estudiantes:
“¿Ya establecieron metas claras para su futuro por escrito e hicieron planes para realizarlas?” Sólo 3 % de los graduados tenían metas y planes por escrito; 13% tenían metas pero no por escrito, y un asombroso 84% no tenía ningún objetivo claro. Diez años después se volvió a entrevistar a los miembros de esa clase, y aunque algo predecibles, los resultados fueron impresionantes.
El 13% de la clase que definió sus metas ganaba, en promedio, el doble que el 84% que no tenía metas al graduarse…
¿Y qué paso sobre el 3% que tenía metas claras y escritas? En promedio, ganaban diez veces más que el 97% restante junto.
Después de conocer este impresionante estudio, ¿no nos deberíamos de poner a hacer nuestras líneas de afirmación pero ya? Yo creo firmemente que sí.
Para hacer una línea de afirmación tenemos que tomar en cuenta lo siguiente:
- Que el único tiempo real es el presente, por lo tanto las líneas tienen que estar en tiempo presente.
- Otro requisito es que estén en imperativo, recordando que estamos poniendo en firme algo y que es una orden.
- Al tratarse de afirmaciones que voy a hacer con respecto a mí, tienen que estar escritas en primera persona.
- Y por último, como las afirmaciones es una práctica que queremos hacer con regularidad, debe contener sólo palabras positivas.
Debemos tener presente de que si una creencia negativa está profundamente arraigada en nuestra mente inconsciente, tiene la capacidad de anular una afirmación positiva, incluso aunque no seamos conscientes de ello.
Esta es la razón por la cual para muchas personas las afirmaciones no parecen funcionar, ya que sus patrones de pensamiento negativo son fuertes.
La buena noticia es que podemos conseguir que las afirmaciones positivas funcionen y que triunfen sobre el pensamiento negativo. ¿Cómo? La respuesta siempre será la misma cuando se trata de querer conseguir algo: práctica y disciplina.