El pasado no tiene nada nuevo que ofrecernos… sin embrago nos resistimos a soltarle esperando encontrar allá y entonces lo que nuestro corazón anhela, lo que tu vimos o deseábamos haber tenido. Vivimos la vida viendo por el retrovisor sin percatarnos del gran panorama que se nos escapa por delante, vivimos esperando que algo pase y lo único que se nos pasa es la vida.
Apegarse al pasado es parar el reloj y volvernos espectadores de la vida que continua sin nosotros. Es desaprovechar el potencial de CREAR en el presente aquello que desdeñosamente buscamos en el pasado.
Para desapegarnos del pasado y poder disfrutar a plenitud del presente hacen falta 3 componentes principales:
1) RESPOSANBILIDAD. Cuando nos salimos del papel de víctima y tomamos responsabilidad, no solo de lo que nos pasó sino de la actitud con la que lo enfrentamos, podemos aprender las lecciones que la experiencia nos regaló, tomar lo positivo que nos enseñó sobre nosotros mismos, nuestra manera de relacionarnos y nuestras capacidades y TRANSMUTARLO en aprendizaje y la evolución personal.
Decía el psicólogo Jung: “Hasta que lo inconsciente no se haga consiente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamaras destino” repitiendo una y otra vez las situaciones del pasado a las que tanto te aferras y apegas. Responsabilizarnos del pasado nos lleva a mirarnos, escucharnos, entendernos y amarnos para así poder recorrer por los otros dos aspectos base para desapegarnos del pasado: el miedo y el perdón.
2) MIEDO: Nos apegamos al pasado porque, aunque no tenga más que dar o resulte doloroso, es un terreno conocido que me “protege” de enfrentar nuevos miedos. Nos resistimos a superar al ex por el miedo a no conocer a nadie mas o desde la creencia de que tal vez no haya algo mejor. El miedo a la soledad, a no ser suficientemente bonita o digna de amor nos hace rehenes de seguir añorando las migajas del pasado dejando pasar la oportunidad y regalos del presente. ¿Cuántas veces más vas a dejar pasar las puertas que se abren por estar mirando a la que está cerrada?
Plántale cara a los miedos. Reconocelos, aceptalos y trabajalos. Es necesario hacernos responsables de nosotros, de nuestro camino, de nuestra historia. Los miedos no son malos, son señales de precaución que vienen a cuidarnos. Cuando escuchamos a esos pequeños monstruos descubrimos que no son tan inmensos ni tan aterradores e inclusive, en un tamaño más realista, pueden ser buenos compañeros de viaje.
3) PERDÓN: Perdonar a otro y a ti mismo por lo que hiciste y por lo que permitiste es cortar el último lazo con el pasado. Pensamos que lo contrario al amor es el odio y no es así. Lo contrario al amor es la indiferencia. El odio nos ata al pasado mientras nos corrompe y contamina, por eso se dice que el perdonar a otros es un acto de amor hacia nosotros mismos porque TE LIBERA Y TE PERMITE CERRAR CICLO.
El perdón permite convertir la culpa y penitencia en aprendizaje. El perdón es una forma de compasión ante la imperfección propia y de los otros. Permanecer enojado es invertir una parte importante de tu energía y atención en algo que no suma. Perdonar no es volver a permitir, tampoco nos obliga a permanecer o dar otra oportunidad, solo nos permite enfocarnos en nosotros mismos y en lo que valen la pena en el PRESENTE. Perdonar es liberarte de un estado emocional negativo para SEGUIR ADELANTE.
MIRAR AL PASADO es darse cuenta que es un tiempo sobre el que YA NO SE PUEDE HACER NADA, un momento de vida que ya no regresa. El único motivo válido para mirar al pasado es para usarlo como referente para el presente.
Pregúntate qué vas a hacer con esa situación en el presente. ¿Hay algo que puedas hacer? Si la respuesta es SI, ¡ADELANTE! ¡MUEVETE! APEGATE A VIVIR Y DISFRTAR EN EL PRESENTE. A cambiarlo y vivir lo que deseamos y anhelamos en tiempo real. Si la respuesta es NO, adáptate. Lo que se resiste, persiste. Y si NO SABES cuál es la respuesta pide ayuda a un profesional de la salud mental. Me pongo a tus órdenes.
EL PASADO SOLO ES UN RECORDATORIO. Acude a él cuando necesites salir de una situación similar que ya viviste anteriormente. ¿Qué hiciste en aquella ocasión? ¿Cómo lo lograste? ¿Qué te enseño?
APEGARSE AL PRESENTE ES VIVIR. Es crear la vida que quieres y mereces y disfrutar a tope de tu potencial. Todo lo que quieres crear, se crea en el HOY.
La próxima vez que escuchemos las trilladas frases de “Solo por HOY” y “Un día a la vez” seguramente tendremos muy presente el potencial de APEGARSE AL PRESENTE, el único tiempo viable de construcción y creación.
Soltar lo que fué, lo que dolió y lo que ya no será para estar presente en el AQUÍ Y EN EL AHORA alimentando día a día tu propósito de vida.
APEGARSE AL PRESENTE es disfrutar de la sonrisa de tu hijo, del clima del día, del café de la mañana, de la plática con tus padres, de tu belleza reflejada en espejo, de los 5 minutos acurrucada con tu pareja antes del trabajo, de los pequeños grandes logros y también de los pequeños altibajos, de todo lo que HOY si tienes y AGRADECES. Valorar el hoy y todos sus dones y regalos es un atajo a la felicidad y la completud.
Desapégate del pasado y apégate al presente para ser libre y crear.
“Las alas son tuyas y el cielo de nadie…vive hoy!”