El crecimiento de las ciudades, la globalización, apertura de mercados y la incursión de nuevos productos, traen consigo cambios en nuestro estilo de vida y de consumo que juegan un papel fundamental dentro de nuestra salud.
Décadas atrás para adquirir nuestros alimentos visitábamos los mercados, carnicerías, panaderías, después la miscelánea más cercana. La comida enlatada era la única forma de comida de conveniencia, lo demás se compraba prácticamente fresco y en su estado natural.
Sin embargo, las tendencias en el consumo de alimentos han cambiado en las últimas décadas, presentándose una mayor oferta de productos alimenticios que han influido en que nuestra forma de comer cambie también.
La gran oferta de alimentos representa todo un reto para el consumidor en cuanto a decisiones de compra y la mayoría de las personas no están aún preparadas para hacer un análisis de qué producto es mejor que otro. Además, el tiempo que se dedica para la planeación de alimentos es poco, lo cual deriva en una improvisación de comidas y como resultado se suele caer en una dieta pobre y mal balanceada que afecta a la nutrición de las personas y familias.
¿Qué podemos hacer como consumidores para llevar alimentos más saludables?
A continuación te comparto algunas sugerencias para hace un “super” más saludable.
Revisa tu refrigerador y despensa por lo menos una vez a la semana: Analiza qué tipo de alimentos ocupan mayor espacio en tu refrigerador y despensa: ¿Hay demasiados empaques? ¿Qué porcentaje de los alimentos son frescos?
Revisa que los alimentos estén en buen estado, y si no es así hay que retirarlos del refrigerador o despensa.
Considera que tu refrigerador tenga suficientes frutas y verduras que inviten a incluirlas en la dieta. Finalmente lo que hay es lo que se va a comer.
Cuida las bebidas que tienes, preparar aguas frescas, té y menos refrescos.
Evita visitas al supermercado cuando se tenga hambre o antojo. Se recomienda ir después de realizar alguna de las comidas.
Incluye siempre productos frescos (frutas y verduras) y de temporada. Le darán mejor sabor a tus comidas y estarán a un precio más razonable.
Incluye menos productos ultra procesados. Menos empaques, menos latas.
Revisa fechas de caducidad. Cuidado con las ofertas, es probable que la fecha de caducidad esté próxima.
Lee la etiqueta y la lista de ingredientes. Te comparto algunos tips a tomar en cuenta:
- Atención con el contenido de grasas y azúcares: Si la ración o el producto traen más de 5 gramos de grasa procura no consumirlo con frecuencia.
- Con los azúcares lo mismo, fijarse en el constenido por porción o ración.
- Busca que tu lista de ingredientes sea corta y recuerda que lo que se menciona primero es lo que más trae el producto.
- El leer las etiquetas y la lista de ingredientes nos dará muchas sorpresas y nos permitirá hacer comparaciones entre productos para poder elegir la mejor opción o en un momento dado retroceder en la compra del producto.
- Consumir productos locales. Siempre y cuando sean productos de buena calidad, el consumirlos puede ahorrarnos algo de dinero y contribuir a la economía local. Y pensando también un poco en la ecología, al ser local ha viajado menos y por lo tanto contaminado menos el medio ambiente.
- Orden de las compras. El orden de las compras es muy importante para una mejor conservación del producto.
- A veces llegamos al área de congeladores o de fruta y andamos paseando el carrito con estos alimentos durante una hora.
Se recomienda comprar los alimentos en el siguiente orden:
- Abarrotes
- Frutas y verduras
- Carnes, lácteos y demás productos refrigerados