Felicidad… ¿Mi decisión?

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P. Carlos Martinez Sada

Todos los seres humanos de modo consciente o inconsciente van en busca de la felicidad.

Una felicidad hecha de momentos, placeres, sentimientos, objetos; y cada uno nos ofrece momentos de placer, paz y dicha personal o familiar.


No hay una fórmula o receta para lograrla, porque cada uno es feliz a su manera, y tiene que confeccionar esa felicidad a su medida, según sus aspiraciones gustos y deseos. Aunque la felicidad es distinta para cada uno, la base de la felicidad es igual para todos, esta hecha siempre de sabiduría, de experiencia, de vida, de amor.

Esta base se concreta en cada persona de un modo diferente como su capacidad de dominio personal, sus razones para vivir, el sentido que tiene su vida, una personalidad entrenada para superar todas las dificultades y una capacidad de empatía con los que le rodean.

En la práctica la felicidad produce un alto nivel de satisfacción con la vida que tenemos y que depende de mi actitud diaria, teniendo en cuenta algunos aspectos importantes:

-Vivir el presente. No dejar que el pasado me afecte en mi presente, ni consentir que los posibles problemas futuros destruyan el presente lleno de felicidad.

-Mantener en alto la confianza en uno mismo. Consciente de las propias capacidades y de mis propias limitaciones, llegando a aceptarme como soy.

-Salir de mí mismo. Dejar de estar encerrado en mi mundo, atento solo a mis gustos, necesidades o mis problemas.

-Abrirme a los que me rodean. A su mundo, problemática, retos o proyectos. Buscando entenderlos y acompañarlos en todo momento, siendo un soporte, pero nunca asumiendo problemas que no me corresponden.

-Ver la vida como un don a vivir en cada momento. Aprovechar todos los días como una oportunidad para conocer, crear, aprender o construir, haciendo mi mejor esfuerzo y aprovechando todas las oportunidades que se me presentan.

-Descubrir los placeres diarios que me da la existencia. A travez de los sentidos, aprovechar y disfrutar las cosas cotidianas y pequeñas de mi vida.

-Aceptación de las limitaciones y carencias de la vida. De las luces y sombras, altibajos, dramas, desgracias y miserias, sabiendo que el mundo es algo imperfecto, y adecuarme a esa realidad con serenidad y sin dramatismos.

-Tener una meta en la vida me me impulse a la perfección en cada momento. Saber a dónde voy, qué es lo que quiero y qué necesito para lograr mis objetivos, consciente de que está en mis manos la realización de ese proyecto, eligiendo vivir plenamente.

-Buscar salir en cada momento de las dificultades, aprendiendo de los errores y ganando en experiencia.  Reinventarme en las situaciones más difíciles, volviendo a empezar con mayor experiencia y renovada energía.

-Experimentar el amor a los demás y el sentirse amado. Disfrutar a la familia, los hermanos, amigos. Saberme una persona amada y merecedora de ese amor.

-Ser dueño de mi vida, estando a cargo de ella. No permitir que los problemas situaciones difíciles me hagan perder el mando de mi vida. Tener la capacidad del autocontrol y nunca dejarme llevar por las pasiones.

-Buscar siempre lo mejor. No conformarme con aspectos mediocres en mi vida, dar toda mi esfuerzo y capacidad aspirando cada día mejores logros y triunfos.

-Tener como norma de vida hacer siempre el bien, y todo bien. Independientemente de la vida, problemas o personas que me han hecho daño, nunca permitirme hacer el mal a nadie, tratando siempre de construir, nunca de destruir.

-Simplificar mi vida. Dejar atrás cargas, rencores, resentimientos y complejos, fracasos, miedos, celos sospechas, envidias, decepciones y odios.

Todo lo que no me aporte serenidad y satisfacción hay que dejarlo atrás, sin volver a ellos, porque nos vuelven a lastimar y nos hacen dudar del camino emprendido.

La vida está llena de oportunidades para ser feliz, pero depende de cada uno aceptar los retos y salir, o quedarme sin apenas hacer nada de mi vida.