La motivación

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Lic Lorena Sada Martínez

Subdirectora del Instituto Resilia IAP

Viktor Frankl a quien conocemos como el padre de la Resiliencia decía: “Quien tiene un por qué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”. Y cuando hablamos de por qué, necesariamente tenemos que hablar de la motivación. 


La motivación es aquello que impulsa a llevar a cabo ciertas acciones y mantener firme nuestra conducta hasta lograr cumplir los objetivos planteados. Existen los motivos primarios que son las necesidades innatas, primarias, y desde que nacemos nos ayudan a subsistir. Y están también los motivos secundarios que son los que vamos adquiriendo con las experiencias que vivimos y están relacionadas con nuestro crecimiento personal.

Hay tres motivos secundarios que son los que nos mueven a hacer todo en nuestra vida, es esencial que conozcamos qué es lo que nos despierta el interés por hacer lo que tenemos que hacer, por vencer nuestros miedos, por seguir luchando cuando parece que no tenemos fuerzas. La motivación de logro, de poder y de afiliación.

• La motivación de Logro: Es el deseo de realizar las cosas lo mejor posible, no por narcisismo y aprobación externa, sino para obtener la propia satisfacción. Lo que conocemos como el sentido del deber.

• La motivación de poder: Es la tendencia estable para influir, persuadir y controlar a otras personas, así como para obtener reconocimiento e incluso la aclamación con las conductas que la persona realiza en la búsqueda de su objetivo. Tiene relación con el liderazgo. El que siempre quiere ganar.

• La motivación de afiliación: Es el impulso que se satisface mediante la creación y disfrute de vínculos afectivos con otra u otras personas. La meta perseguida es la de alcanzar una relación basada en una amistad recíproca. No debe confundirse con la extroversión, la popularidad o la sociabilidad. Las personas con alta afiliación necesitan interactuar con personas, temen la desaprobación de los demás y en pocas palabras buscan su seguridad en los demás. El ser aceptado, el ser reconocidos.

Al conocer esta realidad estamos obligados a hacernos varias preguntas: ¿Qué es lo que me motiva y qué es lo que motiva a los miembros de mi familia, a la gente con la que trabajo? Ya que en este conocimiento está el secreto para saber qué palabras positivas uso para mí y para los demás.

Y cuando llegan las dificultades, el cansancio físico y emocional, la falta de sentido podemos detenernos para recordar el por qué lo estoy haciendo, ¿Qué sentido tiene el ser esposa o esposo, el ser madre o padre, el construir un futuro, el cuidar mi salud, el sobrevivir física y emocionalmente a una pandemia? Y ahí es donde iremos encontrando el cómo automotivarnos y cómo motivar a los demás.

Hay tantos ejemplos de personas que a pesar de todas las adversidades vencen cualquier obstáculo, ¿qué es lo que les motiva? ¿qué es lo que hace grandes a estas personas? Uno de esos grandes ejemplos es Rafael Nadal, tenista español, considerado como un campeón del esfuerzo y la motivación que, en cada golpe, busca la superación personal. Su rapidez, su sacrificio, su disciplina, el no dar jamás ningún punto por perdido, su fuerza extraordinaria y su perseverancia son algunas de las claves de su personalidad. No le gusta competir contra nadie sino jugar y no admite otro resultado que no sea la victoria, pero cuando pierde, de lo único que se avergüenza es el no haberlo dado todo. Aconseja no pensar en que “he perdido” sino que “no he ganado” para seguir adelante. En cada entrenamiento se empeña en dar lo máximo como si fuera un principiante. “Winners never quit; quitters never win” (los ganadores nunca abandonan; los que abandonan nunca ganan) Se le considera mundialmente como uno de los mejores jugadores de la historia del tenis. Toda una lección de vida a través del deporte.

Una felicitación, un abrazo, un “tu puedes”, un “gracias”, pueden hacer una gran diferencia.   

¿Cómo motivarnos y motivar a los demás?

• Recordar nuestras motivaciones primarias y descubrir nuestra motivación secundaria.

• Tener sueños y metas, esos porqués. “Si puedes soñarlo puede crearlo” (Walt Disney).

• Utilizar las palabras positivas, reconocer en mi y en los demás los logros y los aprendizajes. Una felicitación, un abrazo, un tú puedes, un gracias, pueden hacer una gran diferencia.

• Buscar los aprendizajes de las dificultades y de los fracasos. “La dificultad tiene el regalo de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos”. (Horacio)