Aprender para desaprender

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Sandra Díaz

Mentor Espiritual

¿Cuántas cosas que nos enseñaron que hoy que ya no nos sirven?

Por ejemplo, aprendimos que ante cualquier situación, hay que ser fuertes, no permitirnos ser vulnerables, no detenernos, que llorar no sirve de nada y muchas cosas más. Y hoy sabemos que llorar, ser vulnerables y detenernos para ver cómo nos sentimos es de personas fuertes.

Aprendimos que se puede desaprender. Y es que no hay edad ni límite en cuanto a experimentar se refiere. No sé cuál sea tu opinión al respecto pero un aprendizaje es mucho más valioso cuando se experimenta, porque lo comprendes totalmente.

Experimentas lo liberador que es perdonar, entonces lo aprendes. Vives la experiencia y la integras a tu vida. Así ya nadie te puede contar qué se siente hacerlo. Lo aprendiste.

Cuando se trata de un aprendizaje limitante, que sabes que hoy ya no aporta a tu vida y se trata de desaprender ¿Cuál es la mejor manera de hacerlo?

No se trata de borrar de un plumazo todo lo que sabemos, significa que podemos darle una nueva interpretación desde la consciencia de que eso ya no es útil. Se trata de descubrir qué otros caminos existen, qué otras posibilidades tenemos para elegir de nuevo y no cometer los mismos errores que ya cometimos por ser fieles a una creencia o aprendizaje obsoleto.

¿Qué aprendizajes puedes reconocer que hoy ya no te son útiles?

Yo, aprendí que tenía que estar disponible siempre para todos, no importando cuales eran mis necesidades. Y lo aprendí quizá de mi familia, o en la escuela, o ¿de algún libro? La verdad es que no lo recuerdo, lo que sí puedo tener presente es que estar para todos y no para mí, no era lo que deseaba. Cuando yo requería ayuda, no sabía pedirla porque pensaba que los demás debían saberlo. Además que siempre estaba (obviamente) en segundo, tercero y hasta quinto lugar, lo que evidentemente no me hacía bien.

Un día me di cuenta que eso no tenía por qué ser así. Y entonces, intenté un camino nuevo y aprendí de nuevo. Desaprendí y volví a aprender.
Hoy experimento ponerme a mí en primer lugar para así estar en óptimas condiciones de ayudar a los demás, en primer lugar para atender las necesidades que los demás no pueden cubrir porque son mías. Sé que puedo ponerme atención sin sentirme culpable por no atender las de los demás hasta que yo me siento mejor.

Aprender a desaprender, es dejar de hacer lo mismo de la misma manera, sobre todo si eso que he estado haciendo por tanto tiempo, ya no es benéfico, saludable o si ya no aporta a mi vida.

Si queremos desarrollar una nueva forma de pensar, sentir y actuar conviene reinventarnos y dejar de condicionarnos con toda esa información que hemos ido acumulando y que ya no trae felicidad a nuestra vida. No hay mayor libertad que poder elegir de nuevo. Te invito a que indagues cuáles son esas creencias que te limitan y emprendas un camino distinto, lo experimentes y lo integres en tu vida, y eso, nadie más que tú lo puede hacer.

“¿Listos para el gran cambio? Los analfabetas del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, si no aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”

Alvin Toffler
(Escritor, sociólogo, doctor en letras, leyes y ciencia)