Cuando pensamos en ir al nutriólogo, lo primero que pensamos es que nos dará un menú con una lista de alimentos con cantidades específicas y que mientras yo lo haga mi cuerpo bajará de peso y listo.
Sin embargo, cada vez somos más los profesionales de la salud que nos gusta cambiar esta idea por el que vas a aprender a llevar una alimentacion saludable, en la que el menú no es lo importante, sino el saber tomar elecciones y decisiones saludables. Este concepto es aún más importante en edades pediátricas, ya que lo principal es promover una buena relación con cada cuerpo y con la comida.
Es una realidad que el mantenimiento de un peso adecuado depende en parte de un balance energético, en el que lo ideal es que se consuma la energía que se requiere, no más, no menos.
Sin embargo, aunque existen varias ecuaciones y maneras de calcular el requerimiento energético para cada individuo, existen otros factores que influyen como la actividad física, la presencia de alguna enfermedad, factores emocionales y, en el caso de los niños, la energía que necesita el cuerpo para lograr un crecimiento y desarrollo adecuado. Es por esto que es más recomendable cambiar el enfoque, aprendiendo a llevar una alimentacion perceptiva, en la que aprendo a percibir y escuchar las necesidades de mi organismo teniendo como “base” las porciones recomendadas, pero sabiendo que podemos ser flexibles o adaptarnos a las necesidades de cada día.
Otra cosa importante: Ahora sabemos que la cantidad y variedad de microorganismos que tenemos en nuestro intestino, conocida como microbiota intestinal, determina en gran parte la salud y buen funcionamiento de todo el cuerpo. Estos microorganismos se encargan de enviar “mensajes” a todo el organismo, y dependiendo de estos mensajes es que el cuerpo puede funcionar adecuadamente, o pueden aparecer padecimientos como enfermedades cardiovasculares, cáncer, síndrome metabólico, entre otros. Para tener una gran diversidad de bacterias probióticas, debemos de consumir una gran variedad de alimentos que actúen como sustrato energético para ellas (prebióticos). ¿Cuáles son las mejores fuentes de prebióticos? Frutas, verduras, granos integrales, oleaginosas y leguminosas.
Entonces, ¿Debo enfocarme en la cantidad de calorías o en la calidad de los alimentos de la alimentación de mis hijos? Definitivamente, la calidad de la alimentación.
¿Qué debo cuidar para que su alimentación tenga una calidad adecuada?
- Incluye en cada tiempo de comida frutas y verduras. Idealmente, la mitad del plato debe contenerlas. Entre mas variedad de frutas y verduras ofrezcas a lo largo de la semana, mejor.
- Incluye fuentes de granos integrales como quinoa, maíz, amaranto, avena. Limita las harinas refinadas y productos con bajo aporte de fibra.
- Incluye fuentes de proteína tanto animal (pescado, pollo, queso, huevo, carne de res, cerdo) como vegetal (leguminosas y oleaginosas). Al igual que con las frutas y verduras, la variedad es la clave pues de esta manera tu hijo obtendrá todos los nutrimentos necesarios para un adecuado crecimiento (omega 3, hierro, calcio, vit B12, yodo, vitamina A, vitamina D, etc)
- Utiliza grasas de origen vegetal para acompañar tus platillos como el aceite de oliva, aguacate y oleaginosas.
- Evita o limita los productos industrializados, no son buena fuente de macro ni micronutrimentos y si contienen altas cantidades de azúcares añadidos, sodio y grasas trans.
- Evita el uso de edulcorantes no calóricos, ya que sabemos que incluirlos en la dieta altera la microbiota intestinal de la que ya hemos hablado.
- Ofrece agua como bebida principal, evita jugos, refrescos y bebidas ya que son fuente importante de hidratos de carbono simple.
- Lo más importante: enseña que no hay alimentos buenos ni malos, sino que hay que aprender que hay alimentos que me nutren mejor y ayudan a crecer mejor que otros. El equilibrio es la clave.