Clean eating: tendencia o necesidad

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Eliana Ortega Calderón

Nutrióloga Asesoría Nutricional La tierra que nutre

En los últimos años se ha venido sugiriendo el llevar una “alimentación limpia” (clean eating) , o “cocinar limpio” (clean cooking), y estos términos básicamente se refieren a recomendar a las personas a llevar una dieta rica en alimentos que se encuentren lo más posible en su estado natural, es decir, lo menos procesados posible.

Se han documentado los múltiples beneficios de llevar una alimentación menos procesada, donde los productos o alimentos no contiene azúcar, sal, colorantes, grasas, conservadores y potencializadores de sabor entre otros ingredientes. Y por el contrario, la dieta actual de muchas personas es opuesto a esta, donde se incluyen los alimentos ultra procesados y cargados de las sustancias ya mencionadas, las cuales se han ligado a enfermedades como obesidad, hipertensión, diabetes, entre otras.

El llevar esta “dieta limpia” proporciona al organismo alimentos densos en nutrientes como proteínas, vitaminas y minerales, así como grasas saludables que ayudan a la salud mental, salud del corazón, fortalecen el sistema inmunológico y ayuda a mejorar los niveles de energía.

Al asistir al supermercado pareciera poco posible poder llevar esta dieta, sin embargo, todo es posible.

A continuación, algunas sugerencias para iniciar esta dieta limpia:

1.Llevar menos productos alimenticios en paquetes

2.Si se compra algo congelado, asegurarse que en la lista de ingredientes no venga otro ingrediente más que el buscado.

Ejemplo: si comprar fresas congeladas, que no traigan azúcar. Si compras pollo congelado, asegurarte que no esté bañado en solución salina o que tenga algún sazonados añadido.

3.Si se compra algo de paquete, que traiga la menor cantidad de sellos, mucho mejor si no trae ninguno.

4.Evitar los edulcorantes artificiales, preferir miel de abeja, miel de maple, miel de agave, azúcar de coco o pasta de dátil.

5.Buscar las frutas y verduras en su estado natural. Evitar enlatados. Y si son congelados, que no traigan otro ingrediente.

6.Evitar bebidas gaseosas.
7.Incluir carnes y pescado frescos. Evitar embutidos.

8.Incluir leguminosas como frijoles, alubias, garbanzos, lentejas.

9.Evitar productos instantáneos, ya que suelen contener gran cantidad de sal.

10.Preparar las salsas y aderezos en casa, ya que los comerciales contienen azúcares, sal y almidones.

Todo cambio lleva tiempo, y la recomendación final es ir haciéndolos de manera paulatina y dedicar un poco más de tiempo a la planeación de comidas. Finalmente, en gran parte somos lo que comemos.