¿Conoces
realmente
tu piel?

Picture of Georgina Cantú

Georgina Cantú

Maestría Internacional en Medicina Estética Dent Spa

A simple vista debería ser sencillo determinar nuestro tipo de piel pero en realidad es mucho más complejo de lo que pensamos, ya que existen factores internos y externos que la determinan. La piel se define desde nuestro nacimiento, tiene una textura fina y permeable, durante la adolescencia se requiere una mayor limpieza e higiene debido a los cambios hormonales y conforme avanzamos a nuestra edad adulta se sigue transformando. Es por eso que en ocasiones resulta confuso conocer realmente nuestra piel y sus cuidados, las personas que de jóvenes tienen la piel grasa, con la edad se seca y los brotes pueden continuar apareciendo.

Por otra parte, las pieles secas durante la adolescencia pueden llegar a desarrollar una deshidratación extrema y arrugarse con mayor facilidad. Por esta razón, es importante conocer realmente el estado de nuestra piel, utilizar los productos adecuados y cambiarlos cuando sea necesario, acudir a lugares confiables para realizar los tratamientos ideales para cada tipo de piel y llevar una rutina adecuada de limpieza e hidratación en casa.

Existen diversos factores que además de la edad influyen en los cambios de la piel, uno de ellos es la genética que produce la reducción de las glándulas sebáceas, degeneración de las fibras elásticas y aparición de dermatitis atópica. Por otra parte, también existen factores externos como los rayos ultravioletas, la contaminación, los dispositivos, el estrés y la alimentación, entre otros.

La piel se puede clasificar en 4 tipos: Normal / Mixta / Grasa / Seca, cada una con sus propias características y tratamientos.

Piel Normal

Tiene una textura regular y sin imperfecciones, con un aspecto suave y limpio, el poro es pequeño y sin brillo. Por lo general este tipo de piel es el más fácil de tratar ya que no necesita tantos cuidados, pero sin descuidarla ya que con el tiempo puede convertirse en piel seca. Su tratamiento requiere de una limpieza y tonificación, se sugiere una crema hidratante de absorción fácil de día y de noche para proteger y nutrir la epidermis, y el uso de protector solar. Aunque no presenten ningún problema, es esencial darle el cuidado específico para evitar daños causados por factores externos como la exposición solar o envejecimiento natural.

Piel Mixta

Este tipo de piel esta entre la normal y la grasa, generalmente en frente, nariz y barbilla (zona T) mientras que en mejillas puede llegar a ser normal o seca. Por ser una mezcla de características, el cuidado es el más complejo, se debe conseguir una hidratación correcta y al mismo tiempo no generar exceso de grasa. Para lograr el equilibrio es importante realizar una limpieza y tonificación con productos específicos, incluir una crema de día que controle la grasa junto con un protector solar que se absorba fácilmente, la crema de noche deberá aportar los nutrientes necesarios para evitar resequedad. Se aconseja una exfoliación y mascarilla una vez por semana.

Piel Grasa

La piel grasa tiene un aspecto brillante en toda la cara debido a la producción excesiva de sebo, una de las alteraciones más comunes en éste tipo de piel es el acné y requiere de una rutina y productos específicos para su cuidado. Se requiere de una limpieza más minuciosa para evitar la suciedad. Existen diversos factores que pueden provocar exceso de grasa como el desequilibrio hormonal, la edad, genética y alimentación entre otros. Lo ideal es realizar un diagnóstico para llevar un tratamiento específico, y evitar alimentos fritos y grasas saturadas. Se recomienda limpiezas profundas en manos de expertos y una rutina en casa con productos recomendados.

Piel Seca

Una característica es la sensación de rigidez debido a la falta de humedad, tiene un aspecto apagado y áspero. Por lo general parece más envejecida de lo que realmente es y es la que se ve afectada a los cambios climáticos. El tratamiento recomendado es un tónico y crema de hidratación profunda después de su limpieza, existen cremas y sueros con sustancias antioxidantes que ayudan a restaurar la humedad natural de la piel y aumentar su flexibilidad. Su aplicación continua crea una barrera protectora y disminuye el aspecto áspero de la piel, debemos incluir siempre un protector solar para evitar mayor daño.

Ahora que conocemos los diferentes tipos de piel debemos iniciar el tratamiento indicado para su cuidado. La piel necesita tiempo para regenerarse, es importante adoptar hábitos regulares para su cuidado y ser constantes. No tomes la protección solar a la ligera, es indispensable para evitar manchas y líneas de expresión prematuras, inicia cuanto antes y convierte el cuidado de tu piel en una rutina diaria.