Muchos llaman estas emociones como negativas, cuando yo las llamo emociones maestras.

Cada una de estas emociones esta ahí para darnos un mensaje y entre mas rápido entendamos ese mensaje, mas rápido se irá esa emoción negativa. Primero que nada, tenemos que entender que el miedo es un emoción que Dios nos dió, que la Naturaleza nos equipó con miedos, así como con culpas, con tristezas, con corajes.

Yo no quiero una hija sin miedos, yo quiero una hija que cuando ande en la selva o en el bosque y escuche el sonar de una víbora cascabel, ella sienta miedo, y en conciencia escuche el miedo y se distancie de la víbora.

Yo no quiero vivir sin miedos, yo quiero tener miedos. Pero es muy distinto vivir en miedo que vivir escuchando tus miedos y actuando en consecuencia con conciencia.

Claro que hay miedos que nos paralizan, hay miedos que nos aterran, que nos detienen, porque nosotros los hemos programado o hemos programado nuestra mente para que sienta estos miedos ante ciertas situaciones que ya nos provocaron dolor en el pasado. Entonces, cada miedo que te paraliza es porque te está previniendo de una situación que en el pasado te provocó dolor o te lastimó.

Nuestros sentidos captan la realidad y nuestra mente se encarga de correlacionar nuestra realidad presente con nuestra realidad pasada.

Por ende, entre mas en paz estemos con nuestro pasado, menos miedos que nos paralicen vamos a tener. Entre mas gratitud, alegría, orgullo sintamos por nuestro pasado, menos miedos que nos paralicen vamos a sentir.

Los miedos están ahí para escucharlos, no deberían de estar ahí para afectarte o dañarte en tu vida. Escuchando nuestros miedos vivimos en mayor conciencia.