El verbo que transforma al mundo

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Lorena H. de la Vega

Lic. en Educación

Quiero entrelazar este artículo, desde mi experiencia como consultora familiar, con la recomendación literaria que leerán en esta edición. Ese libro me llevó a conectar con una palabra muy sonada hoy en día: inclusión.

La inclusión no es una moda ni una tendencia social; es una forma de ver la vida, de crear conciencia y de reconocer la dignidad, el valor y el potencial de cada persona, sin importar su origen, capacidades, género, edad, creencias o condición.

Entender que la diferencia no nos separa, sino que nos enriquece, es el primer paso hacia una convivencia más humana.

La verdadera inclusión comienza cuando aprendemos a ver al otro sin prejuicios, cuando abrimos la puerta al entendimiento y al respeto. La escuela, la familia y los espacios laborales y culturales son escenarios donde esta conciencia puede florecer.

No basta con aceptar al que es diferente: hay que darle voz, lugar y participación.

Ser inclusivo implica escuchar activamente, adaptar estructuras y, sobre todo, romper estereotipos. Cada pequeño gesto cuenta: usar un lenguaje respetuoso, promover oportunidades equitativas, mirar al otro con empatía.

La inclusión no se decreta, se construye día a día con educación, compromiso y amor.

En un mundo donde aún existen muros invisibles que separan, apostar por la inclusión es un acto de valentía.

Porque incluir no solo transforma la vida de quien es acogido, sino también la de quien decide abrir su corazón.

La inclusión no es un favor: es un derecho.
Y crear conciencia sobre ella es el primer paso para construir una sociedad más humana, más justa y verdaderamente libre.

Frases para reflexionar

“La inclusión no se trata de hacer espacio, sino de reconocer que todos tenemos un lugar.”

“Ser diferente no es un problema, es una forma única de ser humano.”

“Incluir es amar sin condiciones y mirar sin juicios.”

Espero que disfrutes este artículo, y si necesitas acompañamiento, te invito a seguirme en mis redes sociales.
Recuerda siempre:

¡Nadie sobra cuando todos somos parte!