Cometer errores, tomar malas decisiones y hacer cosas de las que después nos arrepentimos nos sucede a todos. De manera inconsciente salen de nuestra boca y nuestro pensamiento, cosas que no queríamos pero que están hechas y causaron conflicto, separación, pérdida y fracaso.
Nos sentimos muy mal y sabemos que ya no podemos ir al pasado a cambiarlo y eso nos lleva a la desesperación, a la ansiedad y una tristeza profundas.
Nos torturamos pensando una y otra vez que eso no debió haber pasado, que cómo no fuimos capaces de ver, de hacer o decir algo diferente, sin aceptar que ya no hay manera de que lo que pasó, no pasará. Ya fue y aunque parezca horrible, solo queda aceptarlo y por eso es muy complicado salir de ahí, porque se convierte en un círculo vicioso, donde la mente da vueltas a lo mismo de manera constante.
Si reflexionamos, sabemos que fue una elección que hicimos en un momento de confusión, de enojo, de miedo o de una tremenda incertidumbre, pero que así fue. Casi sin darnos cuenta tomamos una elección.
Entendemos que todos nos equivocamos pero somos implacables con nosotros mismos al juzgarnos de forma severa y al hablarnos internamente de maneras que no deberían ser ni para nosotros ni para nadie.
Fuera de eso no hacemos nada más y es el perfecto pretexto para no cambiar y simplemente colorarnos en el papel de víctimas, de pobrecitos porque nadie nos entiende o porque estamos inmersos en ver quién es el que tiene la culpa para continuar rechazándolo o haciéndolo sentir mal como si no tuviera nada que ver con nosotros. Al final somos los únicos que nos hacemos daño y que no encontramos la manera de estar en paz y quietud mental.
Si tú ya estás decidido a dejar de castigarte por haberte equivocado y quieres transformar esa culpa, entonces elige de nuevo.
Sí; elegir de nuevo es posible.
Puedes mirarte con mucha compasión, saber que eso ya no tiene remedio, aprender qué es lo que puedes mejorar y qué te llevo a hacer lo que hiciste sólo observando, como lo hacemos ante el error de los niños pequeños, con cariño y sin juicio.
Elige hacerlo distinto la siguiente ocasión porque ya sabes qué pasa si lo haces de la misma manera.
Elige perdonar y perdonarte para continuar sin peso y sin cargas.
Elige de nuevo para que a partir de ese momento puedas estar en paz y creer en ti a pesar de lo que sucedió.
Elige el amor que te concede mirar el presente sin la carga del pasado y sin el miedo de vivir en un error que ya sólo existe en las mentes.
Elige no juzgar a quien se equivoca y no juzgarte para que entonces puedas soltar.
Siempre puedes elegir de nuevo, es un derecho y un regalo que no todos usamos pero que todos tenemos.
Debo haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
Yo mismo tomé esa decisión, por lo tanto puedo tomar otra.
Quiero tomar otra decisión porque deseo estar en paz.
Un curso de milagros.