Incienso, un regalo para el mundo

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Rosario Sirgo

Aceites Esenciales

¿Es verdad que estamos “programados” para tener sentimientos de paz y calma, respeto y reverencia cuando inhalamos Incienso?

Por miles de años, el humo de Incienso se elevó en las columnas de los templos del Mundo Antiguo. ¿Por qué se le da tanta importancia en el culto y como ofrenda a los dioses? ¿Por qué algunas iglesias aún hoy queman Incienso como un procedimiento importante?


La ciencia detrás de la espiritualidad

Arieh Moussaieff, científico israelí, estudió el “Bálsamo de Jerusalén”, un remedio herbal que fue formulado en 1719 en la farmacia del monasterio de San Salvador en la ciudad vieja de Jerusalén. De las cinco diferentes variaciones de la fórmula, decidió concentrarse en la que encontró en forma de manuscrito en los archivos del monasterio que, entre otros ingredientes (mirra, aloe y lentisco) contenía Olibanum, es decir, Incienso. Además, descubrió que un componente del Incienso, llamado acetato inciensola, activa una vía en el cerebro que regula las emociones y que tiene un efecto ansiolítico y antidepresivo. Es decir, que si inhalas Incienso con este compuesto, te calmarás si estás ansioso, y si estás deprimido, te sentirás más feliz.

Cuando requerimos estar en calma, concentrados y en contacto con nosotros mismos, para calmar nuestra mente inquieta y ocupada, y así alcanzar un estado de oración y meditación, el Incienso trae paz y un sentimiento de calma al corazón.

Cuando inhalamos aceites esenciales obtenemos efectos físicos y psicológicos inmediatos y profundos, ya que el sentido del olfato es el único de nuestros sentidos que afecta directamente la amígdala, una parte del sistema límbico, donde se almacenan y liberan las emociones y la memoria.

Existen alrededor de 42 especies y variedades diferentes de árboles de Incienso. Dos de ellas, Boswellia Carterii y Boswellia Sacra, contienen el acetato inciensola.

Boswellia Carterii: Frankincense (Incienso)

También conocido como “Olibanum”, su nombre se deriva del término medieval francés “incienso real”. Es considerado en Medio Oriente como el “aceite de la Santa Unción” y se ha utilizado en ceremonias religiosas durante miles de años. Era muy conocido en los tiempos de Jesús por sus poderes de unción y sanación. Se utilizaba para el tratamiento de todos los males imaginables por el hombre. Fué más valorado que el oro en la antigüedad y sólo aquellos con gran riqueza lo poseían. Se menciona en los registros médicos más antiguos conocidos, el Ebers Papyrus (que data del siglo XVI antes de Cristo) y enlista 877 prescripciones. Además, la Biblia contiene más de 52 referencias al él.

Boswellia Sacra: Incienso Sagrado

Esta variedad de Incienso es originaria de Omán y es considerada como el “incienso de los antiguos” y el tradicional aceite espiritual de los tiempos bíblicos. Históricamente se cree que esta resina produjo el Incienso que fue llevado al Niño Jesús.

¿Cómo podemos traer esta antiquísima tradición a nuestra vida cotidiana? ¿Cómo podemos estar en contacto con la experiencia del Incienso que ha estado presente en la memoria de los seres humanos durante siglos y siglos?

Puedes aplicar una gota de cualquiera de estos dos preciosos aceites en la coronilla y sobre el corazón, o puedes frotarla entre tus manos e inhalarla profundamente. Y visualizar que estás lejos del ajetreo de la vida diaria y tal vez descansas sobre una colina solitaria en Omán que mira hacia las aguas azules del Mar Arábigo, o mirando en otra dirección y sintiendo la tranquilidad del inmenso desierto con sus dunas de arena que parecen brillar en el sol, o refugiándose bajo un gran árbol de Incienso que ofrece un poco de sombra y un lugar de descanso.