Los padres tienen un impacto importante en el desarrollo de sus hijos en cualquiera de las distintas situaciones, cada vez más comunes en nuestra sociedad; padres que viven con la madre de sus hijos, padres divorciados, padres de hijos adoptivos, padres privados de libertad, padres que viven en otra ciudad, padres homosexuales, padrastros, padres de hijos con necesidades especiales, padres que se quedan en casa al cuidado de los hijos, etc. Me ha tocado escuchar a papás decir, “No creo que mi rol sea tan importante en la educación emocional de mis hijos, más bien ayudo y apoyo a la mamá”. Pero esto no es verdad, los hijos se benefician mucho con lo que aprenden de ellos.
El Dr. Pruett comparte que, en las últimas dos generaciones, la ciencia indica que el 86% de los hombres quieren estar más involucrados en la paternidad de sus hijos que lo que sus padres estuvieron con ellos.
Los hogares en los que los hijos no conocen a los padres, o cuyos padres se han involucrado poco, pueden notar un impacto en los hijos. Al crecer, normalmente tienen la sensación de que podrían haber aprendido más de ellos. Los padres pueden ayudar a que sus hijos crezcan con un sentido de respaldo y protección que ofrece seguridad y bienestar. No significa que la mamá no sea suficiente. Ambos ofrecen distintas aportaciones para la evolución de los hijos.
Cada vez es más común encontrar a padres dispuestos a ejercer una paternidad mucho más activa y explícita. Se ha naturalizado el levantarse en la noche a cambiar pañales, llevar a los hijos al doctor, llevarlos o recogerlos del colegio, apoyarlos en actividades de la escuela, hablar de emociones, etc. Los hijos en edades pequeñas buscan más a las mamás cuando están estresados o para tratar asuntos emocionales y a los papás para actividades lúdicas. Sin embargo, cuando los hijos van creciendo, la tendencia cambia. Los hijos ven a los amigos de su edad como los referentes de como “deben ser” en ese momento actual para pertenecer a su grupo; pero buscan a sus padres para pensar en aquello en lo que se convertirán más grandes. Las hijas por su lado se benefician mucho en su autoestima con una relación de cercanía y validación con el padre lo cual tiene influencia en la manera de que esta chica podría elegir pareja en un futuro.
Al igual que las mamás, los papás también suelen tener dudas de si estarán dando un buen ejemplo o si estarán haciendo su mejor esfuerzo. El Dr. Kyle Pruett, catedrático de pediatras y psiquiatras de la Universidad de Yale habla de cómo los papás que se involucran en el desarrollo de sus hijos fomentan el desarrollo de mayores capacidades de resolución de conflictos y más habilidades verbales. Lo que a veces resulta una sorpresa ya que a veces las mujeres damos por hecho que los hombres hablan menos. Los padres suelen jugar más con los hijos, incluso cuando están enseñándoles algo. Esto agrega perspectivas diferentes a la manera de percibir el mundo de sus hijos. Sin ser una regla, suele pasar que sean más los papás quienes inviten a sus hijos a hacer actividades juntos como irse a acampar, ir a algún concierto o partido juntos, emprender un proyecto, y es que los papás suelen estar comprometidos a ayudar a sus hijos a saberse mover en el mundo exterior fuera del ambiente familiar y del seno materno. Es común que quieran compartirles secretos y formulas, compartan frases o refranes de como ir por el mundo.
“No creo que mi rol sea tan importante en la educación emocional de mis hijos, más bien ayudo y apoyo a la mamá”. Es lo que piensan muchos papás, y esto no es verdad.
El Dr. Pruett comparte que, en las últimas dos generaciones, la ciencia indica que el 86% de los hombres quieren estar más involucrados en la paternidad de sus hijos que lo que sus padres estuvieron con ellos. Cuando los padres si están comprometidos en la crianza, generalmente a los chicos les va mejor en la escuela, resuelven mejor los problemas y son menos agresivos. Y no solamente estos cambios se observan en los hijos si no en el padre mismo. Se observa que entre más se involucra un padre en el desarrollo y crianza de sus hijos, corre menos riesgos, su expectativa de vida aumenta, suele ser más cauteloso en su toma de decisiones, tiende a menos accidentes y disminuye la posibilidad de un suicidio. También cambia su cuerpo, el balance de las hormonas es distinto para poner su cerebro en condiciones óptimas para responder a las necesidades de los hijos. Esto nos indica que, en la mayoría de los casos, es conveniente fomentar la relación padre-hijos, pues realmente pueden ocurrir cambios positivos en ambos sentidos. No solamente en los hijos.
Se observa que entre más se involucra un padre en el desarrollo y crianza de sus hijos, corre menos riesgos, su expectativa de vida aumenta, suele ser más cauteloso en su toma de decisiones.
A continuación, te comparto algunas actividades que puedes llevar a cabo para fortalecer el vínculo y tener oportunidad de crear más espacios para dejar una huella importante en ellos y en ti mismo. Trata de ver cuales pueden aplicar a tu caso, según las edades y necesidades de tus hijos.
- Leer cuentos antes de dormir puede favorecer el abordar algunos temas que a veces de otra forma puede resultarte difícil abrir. Esto puede ser muy útil con niños pequeños.
- Ver una película juntos y comentarla. Al igual que el punto anterior, puede ser un rompe hielo para tratar ciertos temas y conocer el punto de vista de tus hijos.
- Cocinar juntos. Los niños que aprenden a cocinar son más seguros e independientes. Puede ser un suceso divertido y a la vez da espacio a platicar, mientras fomentas autonomía y confianza en ellos.
- Juegos de mesa. Ayudan a pensar, reír, tolerar la frustración, aprender a ganar y perder. Puedes influir en su aprendizaje de una forma divertida.
- Asistir a sus partidos o presentaciones. A veces resulta difícil ir a todos o a la mayoría, pues a veces tus horarios y los de tus hijos podrían no coincidir. Tampoco se trata de que te sientas culpable o presionado. Organiza tu tiempo de tal forma que ocasionalmente puedas asistir. Es importante que recuerdes que no se trata de que te vuelvas una persona que los presione, si no que los estimules a creer en sí mismos.
- Procura una relación de respeto con su madre, independientemente de tu relación con ella. Los hijos pueden salir muy lastimados si no hay respeto entre sus padres. Es importante que ambos se esfuercen por no hacer a los hijos confidentes o cómplices de la situación de los padres. Cuando hay respeto entre los padres, los hijos se sienten en mayor libertad de amarlos a ambos y de tomar lo mejor de cada uno de ellos.
- Dedícales un tiempo especial. Consiste en darle a cada hijo un tiempo para convivencia uno a uno. Solamente ustedes dos. No se trata de que te acompañen a hacer algún pendiente. Si no de elegir juntos alguna actividad que disfruten ambos. Puede ser ir al cine, platicar mientras toman un café, ir a acampar, organizar una partida de tenis juntos. En estos espacios, se puede dar ocasiones que se toquen temas superfluos o poco trascendentales, pero también habrá ocasiones que se preste para expresar pensamientos, ideas y sentimientos más profundos que fortalezcan el lazo y unión entre ustedes.