Los límites como expresión de amor

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Monse Montaño

Existen muchas maneras de demostrar amor, una de ellas y que todos deberíamos conocer y aplicar es el establecimiento límites sanos.

Los límites son reglas y pautas que ponemos para mantenernos a salvo en un entorno que nos beneficia y no nos dañe ni ataque. Son las pautas necesarias para la convivencia desde el respeto a uno mismo y al otro. Es hacer las pases con decir que no sin culpa y si a lo que me suma desde responsabilidad y el amor.

Creemos erróneamente que los límites se ponen con rigidez, desde el enojo y la molestia, desde el hartazgo porque esperamos hasta el ultimo momento para poner un alto. Es desde este error que le tememos a los limites y los asociamos con el conflicto: se va a enojar, me va a dejar de hablar, le voy a incomodar, van a decir que soy mala persona, etc.

Los límites cuando se ponen correctamente se ponen desde la elección, la calma, desde las primeras molestias y sobre todo desde el amor. Los límites sanos tiene como características principales la comunicación asertiva y claridad, un equilibrio entre flexibilidad y rigidez según se requiera y el respeto mutuo.

¿Cuántas veces no se daña una relación con alguien que queremos mucho porque permitimos demasiado? ¿Cuántos problemas te hubieras evitado si desde un inicio le hubieras dejado claro a tu amiga que está siendo muy crítica contigo cuando le compartes algo muy íntimo? ¿En qué mejoraría tu relación de pareja si le permitieras al otro saber realmente lo que no estás dispuesta a permitir porque te daña? Con estas preguntas te queda mas claro por qué los límites son una expresión de amor. Muchas veces nos dañamos innecesariamente a nosotros y/o nuestras relaciones por falta claridad en nuestros límites. Terminamos sintiéndonos heridos, utilizados, anulados cuando lo único que teníamos que hacer es permitirle al otro saber lo que sentíamos y necesitábamos para hacer ajustes en nuestra interacción.

Aquello que se delimita a tiempo es mucho más probable que crezca y se desarrolle sano. Lo que se ama se cuida. Piensa en una planta. Desde que empieza a crecer pones una bara (límite) para que no crezca chueca, eliges que tanta luz y agua requiere para que crezca mejor y si algo no esta favoreciéndole haces cambios hasta que encuentras lo que a esa planta le va bien (pautas). Sin embargo, no pones esa planta a medio pasillo solo porque allí le da la luz del tragaluz porque te impediría a ti transitar cómodamente por tu casa. De no moverla, probablemente en un momento de prisas pudieras derribarla a tu paso o tropezar con ella lastimándote tú.

Los límites hacia uno mismo fortalecen la autoestima y son parte de la autovalía y el autocuidado. Te reconoces importante, valiosa y con derecho a tu felicidad y plenitud. Ponerte límites es elegir lo que te hace bien, aunque no siempre sea lo que deseas hacer. Los límites a ti mismo van desde dejar de ver esa serie porque mañana tienes que levantarte temprano, resistir la tentación de comprar aquello que quiero pero no necesito, equilibrar mi vida en cuestión de trabajo – ocio… hasta alejarme de ese familiar, amiga o pareja porque, aunque los ame, no le vienen bien a mi vida.

Los límites hacia los otros convierten en tierra fértil el entorno. Si bien nada asegura un “para siempre”, los límites permiten que sea bueno o suficiente mientras dure. En una relación con límites sanos ambos se sentirían satisfechos y nadie tendrá que sacrificarse “en nombre del amor”. ¿Cómo puedo amar a otro a costa de mi mismo? ¿Qué clase de amor requiere que el otro se anule por mí?

Además, cuando estableces límites sanos se hace una limpieza “automática” ya que todas esas personas que estaban a tu lado solo por el beneficio que les representabas se alejarán al no poder aprovecharse de ti. Los límites solo molestan a aquellos que se relaciona contigo desde el utilitarismo. Las personas que te aman de verdad puede que requieran un poco de tiempo para procesar los cambios. El cambio siempre generara incomodidad, sobre todo en el que está siendo “forzado” al cambio, pero si el interés es real, la persona volverá y aceptará tu derecho natural a cuidar de ti y valorarte.

Es importante resaltar la diferencia entre establecer límites claros y el egoísmo y ensimismamiento. Hago énfasis en que los límites sanos son desde el respeto a ti y a los otros. La comunicación asertiva y cierta flexibilidad que permite ajustar los limites según la situación lo amerite.

Poner límites es algo que tendrás que practicar y, como en todo proceso de aprendizaje, cometerás algunos errores antes de poder tener claridad y expertise en el cómo ponertelos a tí y a los que amas.

Se siempre paciente contigo y con tus procesos, lo vas a lograr. Recuerda que los límites que en tu proceso de crecimiento sean desde el respeto y el amor por ti y hacia ti.