Las mamás y los papás de esta época tenemos grandes obstáculos para la crianza actual.
Si recordamos otras épocas el rol era más definido y “parecía más sencillo” enfocarte en lo que te tocaba, se medía tu grado de ser buen papá o buena mamá con indicadores como la economía, la limpieza, la educación, los grados económicos y estudiantiles, las medallas, los diplomas y todo parecía se runa competencia constante. Los varones buscaban tener mejor puesto, mejor auto, mejor casa, mas dinero que los hermanos, familia, colegas de trabajo amigos o simplemente tener la responsabilidad de debo hacer mejor que mis generaciones anteriores. Las mujeres por otro lado empeñadas en verse bonitas, delgadas, buenas en la cocina o en dirigir a quien te ayudaba, casa limpia, hijos lindos limpios educados y que sacaran 10 por que no tenias “otra cosa que hacer” que sacar adelante a tus hijos, casa y marido y lo que no saliera bien era TÚ responsabilidad.
Al varón no se le pedía tiempo de calidad con los hijos, ni cita semanal con la esposa y a la mujer no se le pedía ser profesionista y hacer sandwichitos en forma de dinosaurios y fruta en bolitas, no se le pedía ser multitareas por que sin querer lo era.
De la misma forma estamos en una época hermosa, e perito llamarla hermosa por que nuestro tipo de crianza es mas libre, esta libertad nos significa que como somos generaciones que nos reprimían con facilidad ahora nuestros hijos hacen lo que les vienen en gana, mas bien es libre por que nosotros como padres nos permitimos cosas diferentes a las que se permitieron los nuestros. Por ejemplo nos permitimos dedicarnos a lo que nos apasiona, a lo que somos buenos, dejamos a un lado el ser lo que nuestros ancestros querían y necesitaban que fuéramos, en cuestión de pareja puedes o no casarte, a pesar de haber parejas separadas o divorciadas la prioridad es ser equipo para ser lo papás que los hijos necesitan y esto no tiene nada que ver con tus ser padres de calidad y amor, nos permitimos sentir, ir a terapia, cuidar nuestra salud, ambos involucrarnos en la crianza de los hijos y la provisión y el crecimiento del hogar, tenemos una espiritualidad basada en ser mejores seres humanos y no en religiosidad, tenemos amigos y familia por elección y por amor, ponemos límites a otros y nos solo a nosotros mismos, somos padres que hemos sanado las heridas de nuestra crianza sabiendo y respetando que no fue a propósito sino que nos educaron, criaron y acompañaron con las herramientas que tenían y al sanar esas heridas de la infancia somos adulto sanos que en el que nuestra prioridad es tener hijos sanos , felices y que aporten a este mundo como mejores seres humanos y ciudadanos.
De esta forma la tarea que “nos” dejaré en este artículo es:
- Darme cuenta el tipo de crianza que tuve, en que me afectó y de que forma me agradaría sanar a ese yo del pasado.
- Darme cuenta que cosas hice y que decisiones tomé con esa crianza para soltar lo que no es mío y elaborar lo que si es mi responsabilidad.
- Si tengo hijos hacer una revisión como diría Alejandro Fiilio en su canción Despierta.. Si estoy construyéndoles un futuro o curándonos un pasado, ser conscientes de que cosas hacemos desde y para nosotros y cuales para nuestros hijos.
- Date crédito y apláudete , por que lo que estás haciendo es lo mejor que has podido hacer