Comienzo esta colaboración con una reflexión de Abraham Maslow: “La verdad de la vida más extraña y difícil de creer, irónicamente surge del temor a nuestro propio éxito”.
El miedo al éxito es asintomático, casi imperceptible y en muchos de los casos hay una negación de esta emoción en los empresarios.
Aún recuerdo al personaje “Temor” que en la película “Intensamente” del año 2015, era representado por un ser flacucho, color lila, temeroso y con un atuendo digno de un típico nerd, (según el director de la película, está basado en un nervio), en el cual, invariablemente todos nos hemos identificado con tan gracioso dibujo animado en algún momento de nuestra vida.
Pero ¿qué sucede cuando una persona deja atrás el “miedo” y decide enfrentarlo para lograr una meta o ir tras un sueño? Pues pasan mil cosas por nuestra cabeza, entre ellas temor y dudas, entre las que pueden ser: ¿qué pasará si fracaso? ¿si fracaso mi familia y amigos me seguirán queriendo? ¿a qué tendré que renunciar si voy en busca de mi sueño u objetivo? y un largo etcétera.
Sin embargo, estoy seguro de que luego que esas dudas se disipan (y en otros casos se amplían), surgen más y nos volvemos presos de la angustia, y nos vemos atrapados en otras cuestiones que no son otra cosa que producto de nuestro miedo al éxito.
Muchos pensarán, ¿quiénes podrían tenerle miedo al éxito? pues aunque no lo creas querido lector incrédulo, este temor aparentemente infundado, existe, y su raíz es entre otras cosas, un pánico a mantener un cierto nivel de esfuerzo para no perder el éxito que con tanto trabajo alcanzamos.
No debemos sobrevalorar el éxito y pensar que valemos de acuerdo con los éxitos o fracasos que hayamos tenido, cabe mencionar el ejemplo en nuestra cultura sobre el fracaso, el cual es mal visto, caso contrario en la comunidad de Silicon Valley donde el número de fracasos anteriores determina la decisión de un inversionista a arriesgar su capital en una empresa.
Otro de los factores detonantes de este miedo es llegar a la cima y pensar que en cualquier momento lo podemos perder y por lo tanto sufrir. También hay que considerar que el éxito va a provocar la envidia y el malestar de la gente que nos rodea, alterando o deteriorando nuestras relaciones.
De igual forma el éxito es algo desconocido y por lo tanto puede ser amenazante, es también, algo que no podemos manejar en el futuro y entones, sentimos la falta de control y nos angustiamos.
Propongo analizar estos puntos, disipar el miedo y determinar qué impide que te vuelvas una persona exitosa, tal vez tú mismo seas tú detractor principal.
• Si tu miedo tiene origen en el “fracaso”, más que en el éxito, es habitualmente producto de que ha sido estigmatizado casi en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, considera que el fracaso es la mejor escuela para aprender, ya que inevitablemente estos van a suceder. El ingrediente esencial es la actitud con la que ves la vida y cómo afrontas las situaciones adversas. Si tienes el hábito de siempre las ver con pesimismo o en negativo, ¿qué crees?, eso pasará inevitablemente. Ayudas: Reflexiona ¿qué es lo peor que puede pasar? Realiza un plan en acciones pequeñas, metas alcanzables y pon en marcha el plan. No pierdas el enfoque de tu objetivo, y no seas rígido, intenta ser flexible para echar marcha atrás y comenzar de nuevo las veces que sea necesario.
• Si tu miedo es originado por “no sentirse merecedor del éxito”, tienes que recordar hacer esto: Realiza trabajo continúo de autoestima y reconocimiento. Haz una conexión de tu meta de éxito con el de merecerlo. Esto lo alcanzarás haciendo este ejercicio de reforzamiento diario. Comenzar con un primer paso es el cincuenta por ciento para lograr el resultado que deseas. No te empecines en quedar anclado al pasado, suelta los fracasos del pasado y utiliza la fuerza de tu interior como guía para merecer el éxito que deseas.
• El origen del miedo puede venir “del qué dirán”, y esto puedes trabajarlo así: Elimina los prejuicios, estos son producto de tu imaginación, de tus experiencias pasadas o incluso pueden ser problema de los demás y no precisamente tuyos. Como dice el dicho “nada es verdad, nada es mentira, depende del cristal con que se mira”, es decir, no todo es como los demás dicen que lo ven. Diseña un plan para desarrollar habilidades para que las opiniones o palabras de los demás no te importen y más aún cuando son mal intencionadas o peor aún aduladoras. Así mismo establece límites internos, para poner límites a la aprobación o las criticas u opiniones de los demás en relación con la ruta que creaste para alcanzar el éxito y esa energía, enfócala en los afectos sinceros y apoyo de amigos leales.
• Si tu miedo proviene del pensamiento limitante a “no saberlo manejar”, así podrías solucionarlo: Mantente en la certeza de que sabrás cómo manejar el éxito que mereces. Además las relaciones interpersonales de amigos sinceros y familia ayudan a mantener los pies sobre la tierra y dar prioridad a enfocarte en dejar tu legado, de esta forma alcanzarás el equilibrio, con la firme convicción de tu proceso de crecimiento.
• Muchas veces el miedo al éxito proviene de “sentirse que no encajas en tu círculo”, esto lo puedes ir solucionando pensando en lo siguiente: Inevitablemente, con o sin éxito, lo sentirás ocasionalmente, y el hecho de sentirse así no te obligará a ser como antes por el simple hecho de “encajar”. Practica y observa antes de lograr el éxito para afianzarte mientras te preparas para vivirlo, rodéate de personas que te quieran sinceramente y que acepten con sinceridad y gusto tu crecimiento. No olvides que habrá personas que quieran aprovecharse y por su puesto “envidiosos” que se alejarán, es muy natural y espéralo, es más fácil que los seres humanos fallemos a que acertemos. El secreto está en aceptar ese hecho y no dejar que te afecte demasiado, pensando en lo que tienes trazado como plan, ya que en las ideas sobre ti en los demás no tienes control o influencia.