Un tema recurrente en la consulta es el de la miomatosis, los miomas son tumores benignos que crecen en el útero y es frecuente encontrarlos durante las revisiones de rutina, más o menos una de cada cinco mujeres los presenta durante su vida fértil.
La causa no esta clara, se cree que hay predisposición genética y que su crecimiento esta influido por las hormonas.
Su tamaño va desde microscópicos hasta los llamados gigantes que pueden pesar algunos kilos. Puede encontrarse uno solo o formarse varios.
Sus manifestaciones van desde ser asintomáticos, como pasa en la mayoría de los casos hasta presentar hemorragias menstruales o alargamiento del período de sangrado, manchados intermenstruales, molestias durante las relaciones, dolor pélvico crónico o molestias diversas por la compresión en los casos de los miomas gigantes.
Para confirmar la sospecha clínica generalmente se utiliza el ultrasonido pélvico. En ocasiones se necesita mayor resolución en la imagen y en esos casos se utiliza la tomografía o la resonancia magnética. Cuando los miomas se encuentran en el interior de el útero se puede introducir una cámara (Histeroscopía) para confirmar la presencia de los mismos y de ser posible retirarlos.
Las opciones de tratamientos son variadas y dependerán de la edad de la paciente, los síntomas, tamaño y ubicación de los mismos, deseo de embarazos futuros. Estos tratamientos pueden incluir tratamientos hormonales con dispositivos o sistémicos, medicamentos que reducen la cantidad de sangrado, suplementos para recuperar la anemia que pueden ocasionar, analgésicos, medicamentos que bloquean las hormonas para reducir temporalmente el tamaño de los miomas y finalmente la cirugía en diversas formas como la conservadora donde se retira solo el mioma o en ocasiones es necesario ser más radical y retirar el útero completo cuando son muy grandes o muchos y la paciente no busca conservar su fertilidad.
Es importante saber que no todos los miomas necesitan ser tratados, cuando estos son asintomáticos y no mayores de 10 cm pueden ser solamente vigilados en la mayoría de los casos. Cada caso debe ser analizado de forma individual, ya que los tratamientos utilizados en una mujer puede no ser el ideal para otra, por eso es importante acercarse con tu ginecólogo si sospechas que los tienes para hacer un plan de seguimiento y tratamiento en conjunto.