Suelta ya tus viejos patrones y creencias

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Rosario Sirgo

Las creencias limitantes son ideas que tenemos sobre la vida, las personas, el entorno, sobre nosotros mismos y que sentimos como si fueran ciertas. Son el resultado del aprendizaje que hemos ido adquiriendo y experimentando en la vida.


Y pueden convertirse en un obstáculo para nuestro crecimiento y para alcanzar nuestras metas.

Algunos ejemplos de creencias limitantes: “no merezco esto”, “no soy suficientemente bueno”, “no soy capaz de hacer esto”, “hay que conformarse con lo que uno tiene”, “yo soy así y no puedo cambiar”, “solo los locos se arriesgan”, “todo ocurre por algo”, “tener éxito solo lleva a mas problemas”.

Las creencias tienen un poder extraordinario, pueden dirigir tu pensamiento y condicionarte, bloquearte. Pero del mismo modo una creencia potenciadora puede llevarte a alcanzar retos que creías imposibles. Por lo tanto, cambiar una creencia puede cambiar tu experiencia vital de una manera determinante.

Cómo modificar las creencias:

1. Detección y observación de la creencia. Observa tu forma de expresarte y detecta frases que empiecen con “creo que”, “me temo que”, “confío en que”, poniendo atención a las generalizaciones, por ejemplo; “todo me sale mal”, “estoy haciendo todo lo que puedo”.

También observa las aseveraciones del tipo “soy + adjetivo” (solo tu eres quien crees ser). Todo esto es tomar conciencia de cómo piensas. ¿Cómo has llegado hasta ahí? Cuestiónate; ¿Por qué crees eso?… puede ser: “porque me ha pasado varias veces”, “porque me lo dijo mi mamá, papá, maestro”, “porque es lo correcto”. Intenta detectar cómo llegó a tu pensamiento.

2. Cambiar la creencia por una creencia potenciadora. Aquí te dejo una técnica de PNL:

Escoge una creencia negativa limitante. ¿Es una creencia recibida de otras personas o tuya propia?
¿Cuál es la intención positiva de esa creencia? (todo comportamiento encierra una intención positiva)
¿Cuál es la creencia opuesta positiva que puedes incorporar?
¿Cómo puede mejorar mi vida aplicando la creencia positiva?
¿Cómo podría empeorar mi vida por esa nueva creencia?
¿Qué es lo mejor que te puede pasar si continuas con la vieja creencia?
¿Qué es lo mejor que te puede pasar con la creencia positiva?

Cuestiona la fuente de la que procede la creencia: “Eso que crees es verdad ¿de acuerdo con quién?”, “¿qué autoridad tiene esa persona?”, “¿es cierto solo porque esa persona lo dice?”. También cuestiona las generalizaciones: “¿crees que necesariamente tiene que ser siempre así?, ¿es así para el 100% de los casos?”

3. Consolidación de la creencia. Te recomiendo dos maneras de hacerlo:

– Repetición de las afirmaciones de la nueva creencia. Es una buena forma de reprogramar el cerebro.

– Aterriza la creencia con acciones, comportamientos y conductas.

¿Dónde entran los aceites en este proceso?

Cuando inhalamos los aceites esenciales llegan directamente al cerebro, a la amígdala y al hipocampo, que son los encargados, por un lado, de ponernos en un estado de alerta o calmarnos y por otro, de traer al presente experiencias guardadas en la memoria.

Al hacer el proceso del cambio de creencias pueden ayudarte a:

Recordar experiencias del pasado.
Recordar la niñez.
Traer al presente experiencias que dolieron para cambiarlas.
Soltar emociones y recuerdos negativos.
Romper bloqueos emocionales.

Una creencia puede condicionarte, bloquearte o llevarte a alcanzar retos que creías imposibles.

Y para el proceso de incorporar las nuevas creencias positivas te pueden ayudar a:

Conectar con una relación sana con el dinero.
Conectar con tu propio valor y autoestima.
Conectar con una sensación de paz y calma.
Conectar tu fuerza y poder interior.
Sentir valor, fuerza, seguridad.
Sentirte protegido.
Tomar decisiones y lograr objetivos.
Perdonar, a ti mismo y los demás.

¿Cómo usarlos?

Durante el proceso inhálalos directo del frasco o pon una gota en tus manos, frótala y acércalas a tu nariz.
Aplícalos en tus muñecas, sienes y atrás del cuello.

Si quieres ir mas profundo, puedes encontrar el lugar de tu cuerpo en donde sientes que está el bloqueo y ahí aplicarlo, por ejemplo, en los hombros, coronilla, cabeza, cadera, espalda baja, pies o en las manos.

Aquí te dejo una lista de los aceites y las emociones que manejan:

• Abeto balsámico: Tensión nerviosa, estrés, enojo, depresión. Paz, serenidad, arraigo, equilibrio entre dar y recibir.

• Albahaca: Libera energía negativa, minimiza miedo y tristeza, sentimiento de culpa, confianza en uno mismo.

• Bergamota: Ansiedad, depresión, tristeza, miedo, agotamiento, insomnio nervioso.

• Pimienta Negra: Combate la negatividad de todo tipo. Valor e intrepidez. Fuerza para actuar.

• Cardamomo: Determinación en la toma de decisiones, afrodisíaco, confusión, fatiga crónica.

• Cedro: Estrés, ansiedad, tensión nerviosa, depresión, agresión, ira, miedo. Da consuelo durante tiempos difíciles y de estrés. Meditación.

• Ciprés: Para cuando estamos viviendo un duelo o cambios de etapa de en la vida. Para momentos de crisis, detiene ataques de llanto. Apoya en las transiciones.

• Clavo: Depresión, alivia el agotamiento mental y apatía, paz mental, disipa pensamientos negativos.

• Copaiba: Reflexión e introspección. Alienta la sanación emocional en todos los niveles. Aquieta la mente. Apoya la atención y la tranquilidad.

• Ebúrnea (Wintergreen): Aligera las cargas emocionales ayudando a disminuir la tristeza. Ayuda a las personas muy rígidas y controladoras pero que en el fondo son vulnerables y frágiles.

• Eucalipto: Ayuda a combatir la melancolía y depresión, aumentando la
sensación de libertad.

• Geranio: Regulador emocional, ayuda a disminuir el enojo. Levanta el ánimo, alivia el estrés, ansiedad y depresión.

• Manzanilla: Calma la sobre exaltación, libera el estrés mental o emocional, ayuda a la falta de valor y a ver las cosas con perspectiva. Relaja y calma
combatiendo la depresión, insomnio, ansiedad y tensión.

• Incienso: Calma las emociones y cura las heridas del alma, disminuye el agotamiento causado por la ansiedad, depresión y tensión nerviosa. Serenidad, aliviando las preocupaciones y apatía.

• Limón: Mejora el estado de ánimo negativo, revitaliza el letargo. Toma de decisiones sin emotividad.

• Menta: Calma el temperamento explosivo e irritable, el exceso de emotividad y falta de discernimiento. Ayuda a mantener la cabeza fría.

• Naranja: Alegría, equilibra emociones, relaja y estimula, sustituye la tristeza con sensación de felicidad. Combate ansiedad, melancolía, angustia, conmoción, depresión, tensión nerviosa, histeria, insomnio.

• Romero: Lucha contra la rigidez, desarrolla la creatividad y la imaginación, adaptación a las circunstancias. Ayuda a la memoria. Despeja la cabeza.

• Tomillo: Alivia la depresión, combate sentimientos de abatimiento y limitación.

• Vetiver: Devuelve la certeza y seguridad, ayuda a concretar objetivos. Combate nerviosismo, inestabilidad, agotamiento físico y psíquico.

• Yerbalimón: ayuda a desaparecer las turbulencias emocionales y ayuda a ver las cosas con mas claridad. Ayuda a la depresión y nos hace sentir mas positivos.

• Ylang Ylang: calma los estados emocionales tratando la ira, rabia, introversión, pánico, temor, cólera, celos. Mitiga la ansiedad y dolencias relacionadas con daño y pérdidas, tristeza y timidez. Reduce la preocupación.