Productos cosméticos ¿un posible riesgo?

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Veronica Aguilar Bernal

Ing. Bioquímico Maestría en Ingeniería y Química en Alimentos Health Coach

La definición que da la Administración de Alimentos y Medicamentos dice que un cosmético es una “sustancia destinada a ser aplicada al cuerpo humano para limpiar, embellecer o alterar la apariencia sin afectar la estructura del cuerpo o sus funciones”. Los productos cosméticos tienen el objetivo de mejorar aspectos físicos de las personas, como la belleza de la piel y del cabello.

La pregunta es… ¿Realmente nos ayudan sin afectar el funcionamiento de nuestro cuerpo?

En la mayoría de los países, la industria de los cosméticos es muy poco regulada y mucho menos supervisada. La Unión Europea prohíbe unos mil ingredientes, mientras que en Estados Unidos la lista no llega a 20.

En los últimos 40 años ha sido notorio el incremento de los casos de sobrepeso, obesidad y diabetes y se sabe que no es únicamente por los cambios en la alimentación y en los hábitos de las personas. Al mismo tiempo se han incrementado los diagnósticos de cánceres como el de mama, endometrio, ovario, testículo, próstata y tiroides. Entonces, existen factores externos que nos están afectando, de hecho a nosotros y a todas las especies del planeta, y los disruptores hormonales están en la mira como los más probables responsables, según el documento “El Estado de la Ciencia de los Químicos Disruptores Endocrinos 2012” elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Hablando de cosméticos, vamos a hablar de algunos de esos ingredientes tóxicos sobre los que existen estudios fiables publicados por prestigiosas universidades que demuestran lo peligrosos que son por su impacto negativo en la salud.

Al hablar de productos cosméticos estamos incluyendo cremas, maquillajes, perfumes, desodorantes, productos para el pelo, geles, champús, pasta de dientes que contienen entre otros conservadores parabenos, formaldehídos, ftalatos, fragancias artificiales y solventes. Muchos de estos conservadores son disruptores hormonales.

Los disruptores endocrinos o disruptores hormonales, son sustancias químicas artificiales o naturales que por su pequeño tamaño y su parecido a algunas hormonas en su estructura química, actúan como hormonas o sobre las hormonas en casi todos los seres vivos. Al principio se creía que imitaban sólo a los estrógenos (hormonas femeninas) y que actuaban sobre el sistema reproductor, pero actualmente se sabe que afectan a todos los tipos de hormonas, no solo en las sexuales, sino también en las hormonas de la tiroides, las hormonas del hambre, del sueño, las hormonas que regulan la energía del organismo, la memoria, las hormonas que regulan el metabolismo, las hormonas del sistema nervioso, y el sistema inmunitario.

Son muchos los estudios y las voces de profesionales que denuncian el impacto en nuestra salud de esas sustancias o ingredientes tóxicos con los que nos invade la cosmética industrial. Aunque muchas personas lo desconocen, se trata de una situación más grave de lo que podemos imaginar, Algunos países europeos ya han comenzado a regular el uso de disruptores endocrinos.

Estas sustancias disruptoras presentan un mayor riesgo en los seres humanos en las épocas más sensibles, que son aquellas en que el cuerpo está en desarrollo, es decir:

• El desarrollo del feto
• Los dos primeros años de vida
• Los años de desarrollo de los jovencitos, aproximadamente entre los 8-13 años en niñas y 9-16 años en niños.

Los adultos estamos “relativamente más protegidos” debido a que nuestro crecimiento es menor, aunque exposiciones continuas o diarias mantenidas por varios años (por ejemplo en el uso de los cosméticos y productos de higiene y belleza de uso diario ) pueden ser igual de perjudiciales, especialmente para el desarrollo de diabetes, obesidad, trastornos inmunitarios y cánceres.

Dentro de los disruptores hormonales importantes en cosméticos mencionamos:

PARABENOS

Los parabenos son conservadores químicos que se encuentran en una variedad de productos como champús, acondicionadores de pelo, lociones, perfumes, desodorantes, entre otros.

Han sido usados tradicionalmente para evitar la proliferación de bacterias y hongos, son muy económicos. Los más comunes aparecen en las etiquetas normalmente como butylparabeno, methylparabeno, propylparabeno.

Muchos productos que las personas utilizamos cada día contienen hasta 3 o 4 tipos de parabenos diferentes. Solo tienes que leer las etiquetas de los productos que tienes a tu alrededor para encontrar estos ingredientes tóxicos y peligrosos para la salud. Puedes reconocerlos por la terminación “parabeno o paraben”. Desde hace varios años han sido objeto de una amplia controversia por parte de investigadores que vinculan estas sustancias a problemas reproductivos y hormonales de todo tipo.

Los estudios han demostrado que los parabenos pueden actuar como si fueran estrógenos, lo que puede conducir a una disminución de la masa muscular, almacenamiento de exceso de grasa y ginecomastia masculina (crecimiento de mamas). Otros estudios también han relacionado los parabenos con el cáncer de mama. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha relacionado los metil parabenos particularmente, con trastornos metabólicos, hormonales, neurológicos y de desarrollo, así como con varios tipos de cáncer.

En algunos países como Francia fueron prohibidos totalmente, mientras que en otros como Dinamarca se prohibieron algunos de ellos.

La Unión Europea prohibió uno de ellos, el butylparabeno, y ha restringido el uso de los otros.

Si quieres estar seguro, lo mejor es usar productos libres de parabenos.

FORMALDEHIDO

El formaldehído es un compuesto orgánico volátil presente en centenares de productos de limpieza del hogar, muebles, barnices y, por supuesto, en la cosmética industrial, por ejemplo en geles, champús, productos para alisar el cabello, pastas de dientes, maquillajes, esmaltes de uñas o desodorantes.

Hasta 2004 era considerado un producto sospechoso, pero en los últimos años la Organización Mundial de la Salud, OMS, lo calificó de cancerígeno en ciertas cantidades.

La Sociedad Estadounidense de Cáncer dice al respecto que la exposición a esta sustancia ha estado vinculada a cáncer en animales, y en humanos cuando se está expuesto a grandes cantidades. Recordemos que aunque en los productos se encuentra en pequeñas cantidades, cuando está en productos de uso cotidiano que incluso usamos por años los efectos pueden ser muy peligrosos.

Su uso ha sido totalmente prohibido en Suecia y en Japón y severamente restringido en la Unión Europea. La Sociedad estadounidense de cáncer aclara que aunque muchas empresas de cosméticos se abstienen de usarlo en sus productos, otros ingredientes que comunmente liberan folmaldehído sí son utilizados.

FTALATOS

Han sido totalmente prohibidos en la Unión Europea, pero su uso es permitido en Estados Unidos y varias partes del mundo.

Se usan comúnmente como ingredientes en lociones, esmaltes de uñas, fragancias, jabones líquidos, tratamientos para pelo, entre otros.

Estos compuestos químicos son por lo general añadidos a los plásticos para incrementar su flexibilidad. Se utilizan como disolventes y suavizantes. Están en las películas plásticas para envolver alimentos, en los coches, material médico, juguetes, biberones, algunos utensilios de cocina. En los tapices de muebles, envases de plástico y algunas ropas.

El uso frecuente y regular de productos que contengan ftalatos es peligroso para la salud por estar relacionado con el cáncer, disfunción del sistema hormonal y daños en el ADN de reproducción masculina, así como malformaciones en el feto (2009, investigacióon del Medical Research Council, en Reino Unido) El profesor Richard Sharpe, que lideró el estudio, citó estos compuestos entre las sustancias químicas que están causando daños hormonales importantes.

Es recomendable buscar productos libres de Ftalatos.

En México no se han tomado aún medidas importantes en cuanto a la utlización de estos ingredientes tan tóxicos, hay mucha falta de información, parece como si solamente estuviéramos viendo sin hacer nada y lamentándonos por la cantidad de cáncer (en México el cáncer está entre las primeras tres causas de muerte), y el aumento en las enfermedades inmunes, hormonales, etc.

Así que mientras no se haga algo, está solo en nuestras manos tratar de informarnos y minimizar los riesgos buscando alternativas que no contengan estos químicos nocivos, usando productos ecológicos más naturales.