En el esfuerzo de intentar llevar un estilo de vida saludable aparece también el tema de la suplementación. ¿Está realmente justificado suplementarse con vitaminas y minerales o es simple y sencillamente cuestión de marketing?
Cuando se lleva una alimentación variada, equilibrada e inocua la respuesta sería no, ¡pero en los tiempos de nuestros abuelos! En la actualidad la respuesta cambia.
Hemos escuchado que si comemos frutas y verduras cumplimos con el requerimiento diario de vitaminas y minerales, pero luego del uso indiscriminado de pesticidas y herbicidas que destruyen los microorganismos de la tierra necesarios para la absorción de nutrientes ya no es así.
En un informe publicado en 2002 en una reconocida revista científica, los autores concluyeron que la dieta de América del Norte si bien es suficiente para evitar enfermedades por deficiencias agudas de vitaminas, es inadecuada para propiciar la salud a largo plazo.
Otro informe generado en 2001 por la Life Extension Foundation reveló que el contenido de vitaminas y minerales de diversos alimentos disminuyó dramáticamente entre 1963 y el 2000. Por dar un ejemplo, la col rizada (berza) mostró pérdidas de 62% de vitamina C, 41% de vitamina A, 29% de calcio, 52% de potasio y 84% de magnesio. Podría seguir y seguir mencionando los reportes de más estudios, pero no es la intención de este artículo. Al final todos concluyen lo mismo: la pérdida de vitaminas y minerales en los alimentos tanto de origen vegetal como animal es evidente.
La intención no es alarmar sino concientizar, comenzando por identificar cuáles son los alimentos más expuestos a fertilizantes químicos (Dirty Dozen) y optar siempre que se pueda por productos orgánicos, ya que diversos estudios han confirmado que tienen mayor contenido de vitaminas, minerales y antioxidantes.
Debemos aceptar el hecho de que, a pesar de que intentemos llevar una dieta balanceada, el estilo de vida moderno y el predominio de alimentos ya preparados lo hace muy difícil. Por esta razón el consumo diario de un suplemento nutricional de alta calidad es una medida preventiva prudente para reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas y favorecer la salud a largo plazo.
Pero mucho cuidado con los suplementos que se compran. Comprar suplementos de compañías que no estén reguladas puede ser riesgoso. La calidad de los ingredientes puede variar ampliamente entre las compañías. Un estudio reportó que suplementos herbales contienen metales pesados como plomo, mercurio o arsénico. En otro estudio, se encontró que 1 suplemento contenía 200% más selenio del indicado en la etiqueta. Mientras que otro estudio que evaluó 44 productos herbolarios, encontró que el 32% de ellos no contenía ninguno de los ingredientes listados en la etiqueta y 59% contenía ingredientes que no estaban listados en la etiqueta. De ahí la importancia de comprar productos que estén verificados y probados por alguna compañía. En Estados Unidos existen dos programas para la evaluación de estándares de manufactura de suplementos nutricionales: NSF y USP, contar con los sellos de alguno de éstos es evidencia del nivel de cumplimiento de buenas prácticas. Intenta buscar estos sellos al elegir algún suplemento.
Lamentablemente en México no existe el requisito de que el lugar de producción o el producto cuenten con una licencia antes de que el producto sea comercializado, ni una vigilancia para confirmar que exista el cumplimiento de las buenas prácticas de manufactura, por lo tanto, el consumidor no puede tener la certeza de que el frasco contenga efectivamente lo que dice la etiqueta.
En conclusión, las facilidades de la vida moderna implican muchos riesgos cuando se trata de llevar una alimentación saludable. La mayoría de nosotros desconocemos totalmente las consecuencias de la exposición crónica a toxinas ambientales a través de los alimentos que consumimos. Tampoco sabemos qué tan perjudicado esta el valor nutricional de los alimentos que consumimos. El hecho es que menos de un tercio de la población consume las porciones de frutas y verduras recomendadas al día, e incluso esas personas que las consumen no consiguen los nutrientes que por naturaleza los alimentos deberían contener.
Mi top 3 de suplementos:
1. Vitamina D, ya que en México 1 de cada 3 adultos presenta esta deficiencia a pesar de que el cuerpo puede sintetizarlo con la exposición al sol.
Importante para salud hormonal, ósea y sistema inmune.
2. Magnesio, este mineral ocupa el segundo lugar en deficiencias luego de la Vitamina D, como consecuencia de la depleción de minerales del suelo.
Es necesaria para más de 300 reacciones bioquímicas. Las mejores presentaciones son en glicinato o citrato.
3. Omega 3, esenciales para el metabolismo, propiedades antiinflamatorias, para prevención de enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares.