Un paseo olfativo —sin drama— por lo que cuentan los expertos
Cuando hablamos de “oler raro”, casi siempre pensamos en desodorantes o en la comida que comimos ayer. Pero el olor corporal también cuenta historias interesantes sobre cómo va tu cuerpo. Spoiler: el sudor, por sí mismo, no huele; el aroma aparece cuando las bacterias de la piel descomponen ese sudor, especialmente el que producen las glándulas apocrinas (axilas e ingles). Factores como hormonas, medicamentos y lo que comes pueden cambiar ese olor.Una guía exprés por zonas (y lo que suelen indicar).
1) Aliento “dulzón” o tipo quitaesmalte (acetona)
Puede aparecer cuando el cuerpo está produciendo muchos cetonas. En personas con diabetes, ese “aliento frutal” puede ser señal de cetoacidosis diabética, una urgencia médica. Si notas este olor junto con sed extrema, náusea o respiración rápida, toca atenderse de inmediato.
2) Mal aliento cotidiano (halitosis)
Lo más común es lo más simple: bacterias y placa por higiene bucal insuficiente, boca seca o problemas de encías. Antes de volarte la cabeza con diagnósticos, refuerza cepillado, hilo y limpieza de lengua; si persiste, consulta a tu dentista
3) Olor “a pescado” en todo el cuerpo (muy raro)
Existe un trastorno metabólico poco frecuente, trimetilaminuria, en el que el organismo no degrada bien una sustancia presente en ciertos alimentos, generando un olor intenso y “pescado” en sudor, orina y aliento. Es raro, pero real, y se confirma con estudios específicos.4) Olor vaginal “a pescado” con flujo
Suele relacionarse con vaginosis bacteriana (un desequilibrio de la flora vaginal). Suele acompañarse de flujo fino y gris/blanquecino. Se trata con antibióticos indicados por profesional de salud.
5) Orina con olor fuerte
Lo más habitual: poca agua (estás deshidratada/o) o alimentos puntuales como espárragos o café. Si además hay ardor al orinar o cambios en el color, podría ser una infección urinaria: consulta.
6) Sudor con olor a “amoníaco”, sobre todo al ejercitar
Pasa cuando tiras más de proteína que de carbohidratos como combustible (entrenos largos, dietas altas en proteína o muy bajas en carbos). Hidratarte mejor, ajustar macros y bajar la intensidad ayuda; si el olor persiste fuera del ejercicio o llega con otros síntomas, consulta.7) Pies que huelen “a vinagre”
Tus pies tienen miles de glándulas sudoríparas; las bacterias “se comen” ese sudor y liberan compuestos ácidos (hola, vinagre). Mantenerlos secos, cambiar calcetas y ventilar calzado hace diferencia.
8) Cambios por lo que comes
No solo ajo y cebolla: carnes rojas, especias y otros alimentos pueden alterar el olor corporal. Si cambiaste tu dieta y cambió tu olor, no estás imaginando cosas.
¿Cuándo sí vale la pena consultar?
Olores nuevos, intensos y persistentes que no se explican por higiene, dieta o ejercicio.
Aliento frutal + síntomas (sed excesiva, náusea, respiración rápida). Urgente.
Olor vaginal + flujo/cambio de color o picazón.
Orina con mal olor + ardor o fiebre
Lo que sí puedes hacer hoy (sin volverte loco)
Hidratación: a veces, el “olor fuerte” es solo falta de agua.
Rutina de boca: cepillo + hilo + lengua; la boca seca empeora el aliento.
Axilas y ropa: jabón suave, buena ventilación, antitranspirante si lo toleras; lavar ropa técnica pronto.
Pies: seca bien, cambia calcetas a media jornada si sudas, rota tenis, usa plantillas/ talcos secantes.
Alimentación: si estás entrenando fuerte y hueles a amoníaco, revisa carbohidratos y proteína.