Las proteínas son moléculas grandes y complejas compuestas por cadenas de miles de unidades más pequeñas llamadas aminoácidos que son esenciales para su formación. Tienen varias funciones importantes en el organismo: son indispensables para formar y reparar tejidos y órganos, formar anticuerpos y enzimas, asi como también actúan como moléculas transportadoras o que facilitan la asimilación de nutrimentos esenciales.
Aunque son indispensables para un correcto funcionamiento del organismo, es importante entender que no son el único macronutrimento necesario, por lo que es importante saber cuál es la cantidad o proporción necesaria dentro de la dieta para no desplazar los otros dos macronutrimentos: grasas e hidratos de carbono.
Fuente: Dietary Reference Intakes. 2005 www.nap.edu
Es decir, en promedio, un niño o adolescente cubre su requerimiento proteico del día al recibir 1 gramo por cada kilogramo de peso. Tomando como ejemplo un niño que pese 16 kg, al día requiere 16 gramos de proteína. ¿De dónde podría obtener estas proteínas?
Las proteínas se obtienen a través de alimentos de origen animal como carne de res, pollo, pescado, queso, lácteos, asi como también de fuentes vegetales como leguminosas y oleaginosas.
Fuente: SMAE, 5ª edición
Es decir, si este niño comiera 30 g de queso y ½ tza de lentejas al día cubriría el 100% de su requerimiento diario de proteína. Como puedes ver, el requerimiento proteico puede cubrirse fácilmente a través de los alimentos, de hecho, es muy común que se exceda esta ingesta y esto puede resultar en problemas como estreñimiento, selectividad alimentaria y obesidad.
Si no aprendemos que la dieta debe ser equilibrada y balanceada, aportando las porciones adecuadas de cada uno de los 5 grupos de alimentos, acabamos dando más importancia a las proteínas desplazó el resto de los grupos. Por ejemplo, si doy 2 huevos revueltos con jamón por la mañana, es lógico que mi hijo ya no quiso probar la fruta o la verdura, pues el exceso de proteína desplazo a estos alimentos. De igual manera, un niño que excede mas de 2 porciones de lácteos al día ya no tiene hambre ni motivación para comer otros alimentos, favoreciendo conductas selectivas, estreñimiento y anemia.
Cada vez es más la evidencia científica que demuestra que un exceso de proteína en la alimentación, especialmente la proteína láctea, incrementa el riesgo de obesidad ya que se incrementa el factor parecido a la insulina 1 (IGF1), favoreciendo la acumulación de reservas grasas en el cuerpo.