Hoy quiero platicarte acerca de la satisfacción. La satisfacción es una sensación de bienestar o placer que se tiene cuando se ha colmado un deseo o cubierto una necesidad.
La satisfacción es parte fundamental del bienestar del ser porque va ligado a nuestros deseos, logros y propósitos. Mientras mejor nos sentimos con respecto a lo que hemos desarrollado y logrado es natural que nos sintamos mejor con nosotros mismos, mejora nuestra autoestima. Y también mientras más satisfechos nos sentimos experimentamos paz y plenitud.
El problema radica cuando por mucho que estemos logrando no sentimos satisfacción o cuando buscamos la satisfacción afuera de nosotros mismos y nos olvidamos de reconocer que la satisfacción viene de una sola fuente, nosotros mismos.
En lo personal me cuesta sentirme satisfecha, siempre quiero más, quiero más de mi, ser mejor, estudiar más, meditar mejor, lograr más… Y los que somos así sabemos que tenemos un “drive”, un impulso, al que muchas veces ya no sabemos distinguir si es bueno o no lo es tanto.
Hoy, observándome y haciéndome consciente de mis pensamientos y emociones, he llegado a la reflexión que esas ganas de lograr más y ese impulso es muy bueno cuando despierta tu Deseo de continuo progreso de manera armoniosa.
Pero no lo es tanto cuando caes en la comparación y ves a la gente que admiras logrando más que tú y percibes que tus logros son pequeños. Ahora ya no sólo hay insatisfacción sino pensamiento de crítica y pensamiento de inferioridad hacia uno mismo.
Es importante saber que desde ese estado de crítica, insatisfacción e inseguridad no hay progreso, no hay creatividad, no hay mucho de lo bueno porque simplemente no hay amor ni armonía. Al contrario, la insatisfacción, la crítica y la inferioridad son de los pensamientos que más nos roban armonía y son los pensamientos que literalmente también nos cortan el flujo de la abundancia económica.
Si te identificas conmigo detente a dar un buen respiro, lleva tu atención al centro del amor, la armonía y la creatividad… a tu corazón. Quédate unos minutos ahí inhalando y exhalando. Y desde ese lugar de amor reconoce todo lo que has logrado. Visita tus triunfos y celébralos, celébrate, voltea a verte con amor y admiración.
Un buen ejercicio que puedes hacer es visitar momentos importantes de tu vida y hacer una lista de todo lo que te hace sentir agradecida de cada etapa. Ya verás cómo te das cuenta que hay mucho por lo qué estar agradecido. El agradecimiento es el antídoto de la insatisfacción y nos permite multiplicar lo logrado.
Cuando ya te hayas reconocido tus logros y hayas agradecido todas tus bendiciones, ahora sí continúa tu desarrollo y tu progreso, sigue adelante con mucha disciplina y determinación en el cumplimiento de tus metas y recuerda siempre que tu termómetro es tu armonía.