El gluten no sólo se encuentra en el trigo, sino también en otros granos como la cebada, centeno, espelta y avena (por contaminación) y también puede esconderse en muchos alimentos procesados bajo otros nombres.
Lo encontramos en la cerveza, consomés, pan blanco o integral, cereales, galletas, botanas, embutidos, pastas, condimentos prefabricados, salsa de soya, y se usa también como espesante en sopas enlatadas, salsas embotelladas y aderezos para ensalada, principalmente en alimentos ultraprocesados que no son muy recomendables.
¿Cómo el trigo puede afectar a nuestra salud?
El trigo de hoy en día, es muy diferente al trigo que nuestros antepasados desarrollaron y consumieron, actualmente hay miles de híbridos del trigo y además llevamos una alimentación basada en granos refinados con alto contenido en gluten, que simplemente no era parte de los alimentos de generaciones anteriores.
Además, de acuerdo con Stephanie Seneff, Ph.D., Profesora de investigación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) la contaminación por glifosato, ampliamente usado en cultivos genéticamente modificados de trigo, maíz y soya en los últimos años también podría desempeñar un papel importante en el desarrollo de la enfermedad celíaca, alergia y sensibilidad al trigo.
El glifosato destruye las vellosidades intestinales, lo que reduce su capacidad para absorber las vitaminas y minerales. Además, el trigo contiene más gliadina, que es difícil de digerir.
El glifosato causa un desequilibrio microbiano intestinal que puede producir la inflamación e intestino permeable, y con esto se altera el sistema inmunológico y ocurre una sobrepoblación de patógenos.
El gluten impide la descomposición y absorción apropiada de los nutrientes de los alimentos. En cantidades excesivas, el gluten forma un bulto que se pega al intestino y bloquea el paso apropiado de los alimentos.
Algunas personas tienen reacciones adversas incluso al consumir pequeñas cantidades de gluten porque su cuerpo lo identifica como una toxina, lo que hace que sus células inmunes reaccionen en exceso y lo ataquen.
Podemos hablar de tres padecimientos relacionados con el gluten:
La enfermedad celiaca, la sensibilidad al gluten no celiaca, y la alergia al trigo, son condiciones médicas y tipos de hipersensibilidades alimentarias que pueden ser tratadas con la dieta apropiada, ya sea eliminando el gluten o el trigo. Consultar con su doctor y su nutriólogo le ayudará a obtener un diagnóstico preciso y crear una dieta que apoye su salud y bienestar.
1) La enfermedad celiaca (EC) es un desorden genético, autoinmune, existen más de 200 síntomas identificados de la EC los cuales pueden incluir calambres, diarrea, estreñimiento, dolor de huesos o articulaciones, dolor de cabeza, o fatiga, así como también anemia, cambios en el comportamiento, retraso en el crecimiento o infertilidad, dermatitis herpertiforme.
Se estima que actualmente cerca del 1% de la población tiene la enfermedad celiaca, aunque el 83% de esa población está aún sin diagnosticar. En la actualidad el tratamiento para la enfermedad celiaca es el mantener una dieta libre de gluten de por vida.
2) La sensibilidad al gluten no celiaca, también llamada sensibilidad al gluten (SG), no está bien definida. No es una reacción de inmunoglobulina E (IgE) (como lo es la alergia al trigo), ni es una reacción autoinmune (como la EC). No existen pruebas para identificarla, aunque tiene síntomas en común con la enfermedad celíaca como calambres, diarrea y estreñimiento, dolor de huesos o articulaciones, dolor de cabeza, o fatiga.
Para diagnosticar la SG, primeramente es necesario descartar la EC, la alergia al trigo u otras posibles causas de los síntomas. Si se nota mejoría cuando se sigue una dieta libre de gluten, se puede diagnosticar la sensibilidad al gluten. En la actualidad, el tratamiento para la SG es llevar una dieta libre de gluten.
3) La alergia al trigo es una reacción autoinmune a cualquiera de los cientos de proteínas en el trigo. Cuando una persona tiene alergia al trigo, un tipo de glóbulos blancos, envían anticuerpos IgE para “atacar” al trigo. Además se envía la señal al cuerpo en distintos órganos; de que hay un problema y esta reacción sucede muy rápido (de minutos a pocas horas) y puede incluir un gran rango de síntomas desde nausea, dolor abdominal, comezón, hinchazón de los labios y la lengua, hasta problemas para respirar o anafilaxia (una reacción que pone en peligro la vida). Una persona con alergia al trigo debe evitar comer cualquier forma del trigo, pero no tiene problemas de tolerancia al gluten que procede de fuentes que no sean de trigo. El tratamiento es una dieta libre de trigo.
Es mejor ser cauteloso ya que la mayoría de alimentos del supermercado etiquetados como “libres de gluten” son comida chatarra y son demasiado procesados. Carecen de fibra y pueden tener cantidades enormes de azúcar, sal y grasas poco saludables, que aumentan el número de calorías vacías y sólo nos harán subir de peso.
El hecho de que algo sea “libre de gluten” NO es sinónimo de saludable.
Si sustituyes pan, pasta y galletas por sus equivalentes “libres del gluten” lo más seguro es que aumentarás de peso y tu dieta será de menor calidad.
Es mucho mejor evitar el exceso de estos alimentos con tantas calorías vacías e incluir en tu dieta abundantes verduras y frutas moderadas acompañadas de proteína saludable de buena calidad.