Checando qué artículos de plástico hay en nuestras casas y alrededor, encontramos contenedores, bolsas, botellas de agua, popotes, cortinas de baño, juguetes de los niños, etc. Además, los plásticos se usan ampliamente en la comida rápida, alimentos procesados y envasados.
El plástico se ha convertido en un elemento permanente en nuestras vidas, pero viene acompañado con consecuencias graves.
Aproximadamente 100 millones de toneladas de plástico son producidas cada año. Estamos en la “Era de los Plásticos”. Pero todos estos productos químicos de plástico ahora se las están ingeniando para llegar a nuestro cuerpo y al medio ambiente, donde son acumulados con el tiempo, creando consecuencias biológicas potencialmente catastróficas. Incluso es sabido que hay un nivel de componentes de plástico en la orina de todas las personas.
Los productos de plástico están hechos de varios químicos diferentes, algunos de ellos muy peligrosos, como los ftalatos y BPA (Bisfenol-A).Los ftalatos además de usarse para dar flexibilidad a los plásticos también se pueden encontrar en productos de limpieza para el hogar, cosméticos y productos para el cuidado personal, en las fragancias artificiales, etc. El BPA está en envases de alimentos, biberones y en productos enlatados.
Estos químicos no están fuertemente adheridos al producto, y con el calor y el uso se desprenden y migran hacia los alimentos. Este riesgo podría aumentar cuando las bebidas embotelladas se transportan y almacenan en áreas no refrigeradas. Los niveles más altos de estos químicos están en las personas que consumen comida rápida con regularidad ya que este tipo de comida se empaqueta con materiales antiadherentes y plástico.
Tanto el BPA como los ftalatos son disruptores hormonales; es decir, imitan o interfieren con las hormonas del cuerpo. Las hormonas regulan todo el funcionamiento de nuestro cuerpo, son fundamentales para regular el ánimo, el crecimiento, el desarrollo, la función de los órganos, el metabolismo, así como la función sexual y los procesos reproductivos. Los niños corren un riesgo significativo, especialmente en la etapa prenatal.
El Dr. Frederick Vom Saal, endocrinólogo de la Universidad de Misuri, publicó información de sus estudios que demuestran los efectos negativos del BPA y los ftalatos sobre los óvulos femeninos, síntomas de asma y alergias, la respuesta inflamatoria, y el daños en el esperma o daño testicular.
Hay numerosos estudios científicos que han demostrado que estos disruptores hormonales pueden provocar cambios en el comportamiento; hiperactividad, agresividad, trastorno del espectro autista, menor coeficiente intelectual, diabetes y obesidad, resistencia a la insulina, pubertad temprana, mal funcionamiento de la tiroides, desequilibrio en la hormona de crecimiento, reducción en la cantidad y calidad del esperma, cáncer de próstata, de testículos, de mama, cáncer de hígado, alteraciones genéticas, aborto, daño cerebral, afectación del sistema inmunológico, entre otros. Además, otro efecto asociado con la exposición a los ftalatos es la influencia que tienen en el desarrollo del género, sea masculino o femenino, a medida que el bebé crece en el útero de su madre, al causar que los hombres se vuelvan más femeninos.
Aunque ya se les reconoce como “razonablemente considerados carcinógenos humanos”, estos productos químicos continúan añadiéndose a miles de artículos.
A pesar de la abrumadora evidencia, la FDA no está dispuesta a regular la industria del plástico, quizás como consecuencia de los millones gastados en presión política por parte de esta industria o como resultado de la desinformación publicada en revistas científicas.
Suponemos que la FDA y la EPA (Agencia de Protección Ambiental) están velando por las generaciones futuras, pero la realidad es que cada uno de nosotros debemos asumir la responsabilidad de nuestras elecciones personales todos los días.
Es posible eliminar seriamente la cantidad de plástico en nuestra vida, lo cual recomiendo mucho y si vamos a usar aunque sea unos pocos plásticos, hay que tomar en cuenta cuáles son los menos tóxicos.
El Código de Identificación de la Resina, que es el número impreso dentro de un triangulo que indica reciclaje, en la parte inferior de la mayoría de los envases de plástico y contenedores de alimentos nos dice qué tipo de resina plástica fue utilizada para hacer el producto (va del 1 al 7).
Hay que evitar los plásticos etiquetados 7, 3 o 6 (este último es el más tóxico, conocido también como unicel) mientras que los que pueden ser un poco más seguros incluyen 1, 2, 4 y 5, y siendo más exigentes o precavidos, los mejores son el 1(PET) y el 5(PP).
Aunque es casi imposible mantenerse alejado de todos los plásticos, podemos minimizar la exposición con algunos principios básicos:
1. Evitar en niños pequeños los juguetes de plástico. Mejor juguetes hechos de sustancias naturales, como madera o materiales orgánicos.
2. Evitar los contenedores de plástico y el plástico para envolver, mejor guardar los alimentos y bebidas en contenedores de vidrio.
3. Leer las etiquetas de los cosméticos con el fin de evitar los ftalatos.
4. Evitar los productos etiquetados con “fragancias” ya que aquí se podría incluir ftalatos ocultos que por lo general son utilizados para estabilizar el aroma y alargar la vida del producto. Utilizar sólo productos aromatizados con aceites esenciales naturales, o sin fragancia.
5. Al usar loncheras, mochilas y contenedores de plástico, que sean unicamente 1 ó 5.
6. No meter los contenedores de plástico al microondas, ni cualquier otro plástico, mucho menos unicel (6). No usar ningún recipiente de plástico con alimentos calientes.
7. Sacudir las ventanas, paredes, pisos y muebles ya que podrían contener ftalatos debido a que las sustancias químicas se pegan al polvo del piso y los niños podrían ingerirlas. Aspirar la casa regularmente y ventilar media hora al día.
8. Consumir alimentos frescos, crudos y enteros. Los alimentos que vienen en paquetes de plástico pueden contener ftalatos y los enlatados contienen BPA.
9. Preferir dar pecho al bebé si es posible durante el primer año, de esta manera se podrá evitar el plástico del chupón y mamilas.
10. Trate de utilizar acero inoxidable y cristal en lugar de plásticos, y los pocos plásticos que utilice asegúrese que sean del tipo más seguro, 1 y 5.
Los plásticos también son un riesgo potencial para el Medio Ambiente. Mientras que aproximadamente el 50 por ciento de los residuos de plástico llegan a los basureros (donde estarán durante cientos de años debido a la cantidad limitada de oxígeno y falta de microorganismos para desintegrarlos), el restante 45 por ciento adicional “desaparece” en el medio ambiente, que en última instancia termina en el mar, dañando los ecosistemas marinos y cadena alimenticia.
Consejos para ayudarte a reducir el uso de plástico.
Si es posible, trata de comprar productos que no estén hechos o envasados en plástico. Aquí están algunas ideas para hacerlo:
1. Preferir bolsas reutilizables cuando compres tu despensa.
2. Utilizar tu propia taza de café.
3. Llevar agua potable de tu casa en botellas de cristal, en lugar de comprar agua embotellada.
4. Comprar o rentar un filtro para agua potable certificado, para poner en tu casa, en lugar de botellas de agua.
5. Evitar los desechables.
6. Reemplazar los trastes de cocina con alternativas de vidrio o cerámica.
7. Utilizar utensilios de acero inoxidable o madera en lugar de plásticos.