“Volver la mirada de la persona sobre sí misma para desentrañar los misterios que su propia historia había sembrado en su inconsciente y que desde ahí bloqueaba su felicidad”
Laura B. Ramos Herrera
Y tú… ¿Realmente eres responsable de tu vida?
Sólo mirando dentro de ti, desentrañando toda tu historia personal, y trabajando cada una de tus heridas podrás llegar a la plenitud de vida, es decir a la paz y la autorrealización personal.
Contactar con lo que verdaderamente eres y desaprender todas aquellas conductas que impiden tu vida plena y que por la educación, socialización o culturización no has podido descubrir, y en ocasiones te convirtieron en una persona aceptable, pero no en la persona que verdaderamente eres. Ya no puedes vivir echando culpas o haciendo responsables a tus padres de tu malestar, de tus angustias o tus errores, es necesario que te hagas cargo de ti mismo para tener una vida armónica y estable.
El día de hoy ama y honra a tus padres, y sana tus heridas desde tu yo adulto.
“Lo que nos cura es abrazar en nuestro corazón a nuestros padres, no tanto ser abrazados por ellos”.
Joan Garriga
Cuando decides volver tu mirada hacia ti y dejar de culpar a “los otros” de lo que te pasa, te puedes “dar cuenta” también que tú eres responsable de tus emociones, “los otros” solo despiertan lo que tú ya tienes dentro de ti, y que puedes aprender de ellas, escucharlas y descubrir qué es lo que te piden, —Detrás de cada sentimiento existe una necesidad—, para así darles una dirección, expresarlas y satisfacer esa necesidad.
Aprende a aprender de tus emociones, déjalas llegar para rastrearlas y así “darte cuenta” cuáles son tus necesidades emocionales, y hacerte cargo de ellas.
Por ejemplo: “La rabia nos grita internamente que estamos viviendo algo que no queremos”, ¿no puedes expresar la rabia? Entonces descubres que necesitas darte cuenta de los procesos internos que te impiden la expresión y la satisfacción de la necesidad que la rabia lleva consigo.
“Quien teme asumir la responsabilidad de sus emociones, invariablemente le otorga el poder de sí mismo a los demás”.
Héctor Salama Penhos
La clave del crecimiento personal se encuentra en el cuerpo. Lo que el cuerpo nos informa es auténtico, ya que no tenemos la trampa del lenguaje verbal que nos invita a evitar el dolor, a no reconocer o a transformar las experiencias en lo que socialmente sea “bien visto”.
Cuando te das cuenta que has tenido disminuida tu capacidad de expresar ciertas emociones a causa de fuertes creencias formadas en tu infancia, y que esa limitación se ha visto reflejada en tu cuerpo en forma de malestares o enfermedades, es necesario que te concentres en darle voz a tu cuerpo y escucharlo, para hacer de él un aliado en tu proceso de desarrollo personal y salud integral.
La visión hacia tí mismo en su totalidad, te lleva a hacerte responsable de caminar hacia una vida armónica y estable, con éxito, prosperidad y armonía.