Apenas empieza el día y ya sentimos que estamos corriendo detrás del tiempo. En medio de esa avalancha de estímulos, no es raro que muchos vivamos tensos, distraídos y agotados, intentando —sin lograrlo— poner orden afuera para poder descansar adentro.
Quiero entrelazar este artículo, desde mi experiencia como consultora familiar, con la recomendación literaria que leerán en esta edición. Ese libro me llevó a conectar con una palabra muy sonada hoy en día: inclusión.
Cualquier pensamiento, palabra o acto se basa en una emoción, y esta emoción generará más pensamientos, palabras y actos. Un ciclo sin fin.
Hoy quiero compartir con ustedes algo muy breve que escribí hace un tiempo, como parte de una tarea en un curso de escritura. A través de su mensaje, quiero agradecer nuevamente a esta revista por el tiempo que me ha permitido compartir con ustedes algunas herramientas, historias de vida y temas que, en mi proceso, han sido muy importantes.
La vida implica un proceso inevitable de maduración: trascender del apego familiar hacia una independencia que nos permita ser nosotros mismos con autonomía y responsabilidad.
Las vacaciones de verano pueden ser una gran oportunidad para reconectar con tus hijos adolescentes, aunque sabemos que a veces no es fácil. Aquí te