¿Qué sabemos sobre el colesterol?

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Dr. Jesús Román Sandoval

Medicina Interna

Seguramente en algún momento de nuestra vida hemos escuchado que alguien nos cuenta de un problema de salud muy frecuente que afecta a mucha gente: El colesterol o los triglicéridos elevados en sangre.

Ahora bien, hay que tratar de entender un poco más qué es esto, cómo nos afecta en la salud y qué podemos hacer para mejorarlo. 

¿Qué es el colesterol?

El colesterol es una sustancia grasa (un lípido) presente en todas las células del organismo (¡sí, todos tenemos colesterol en las células de nuestro cuerpo!), lo produce nuestro hígado y sirve para elaborar las membranas celulares y ciertas hormonas muy importantes en nuestro metabolismo. Cuando comemos alimentos de origen animal, tal como carne, huevos y productos lácteos, introducimos colesterol adicional a nuestro organismo.

Los niveles de colesterol en sangre -que indican la cantidad de lípidos o grasas presentes en la sangre- se expresan en miligramos por decilitro (mg/dl). En general, se recomienda un nivel de colesterol inferior a los 200 mg/dl. Cuando la cifra rebasa esta cantidad, es completamente aconsejable que reduzcamos esos niveles para el bienestar de nuestro corazón y nuestra circulación (principalmente las arterias). Algunas maneras de reducir el nivel de colesterol son cambiar la alimentación, iniciar un programa de ejercicio físico y tomar medicamentos reductores del colesterol.

El riesgo de tener colesterol elevado, o hipercolesterolemia, suele aumentar con la edad, y el trastorno es más común en las mujeres que en los hombres. La obesidad de cualquier tipo, la falta de actividad física y la diabetes son otros factores de riesgo importantes.

El bueno, el malo, el total

La sangre lleva el colesterol a las células en partículas especiales conocidas como lipoproteínas. Dos de las lipoproteínas más importantes son la de baja densidad (LDL) y la de alta densidad (HDL). Vamos haciendo un poco más entendible esto:

Lipoproteína de baja densidad (LDL)

Las partículas de LDL transportan el colesterol a las células. El colesterol LDL a veces lo escuchamos o leemos como “colesterol malo”, porque se sabe que los niveles elevados de éste contribuyen a la enfermedad cardiovascular. Un exceso de LDL en la sangre da lugar a una acumulación de grasa (denominada placa) en las paredes de las arterias, la cual inicia el proceso de la enfermedad arterosclerótica (placas calcificadas de las arterias). Cuando se acumula placa en las arterias coronarias que riegan el corazón, aumenta el riesgo de sufrir un infarto al corazón y cuando esto sucede en las arterias del cerebro, se produce lo que conocemos como enfermedad vascular cerebral o también conocido en ocasiones como embolia cerebral. Los niveles de LDL pueden ser elevados en personas cuya alimentación tiene un alto contenido de grasa saturada, colesterol o ambas cosas.

Lipoproteína de alta densidad (HDL)

Ahora hablemos del conocido como “colesterol bueno”. Las partículas de HDL transportan el colesterol de las células nuevamente al hígado para metabolizarlo y es por eso que se sabe que los niveles elevados de esta sustancia reducen el riesgo cardiovascular. Las personas con niveles bajos de HDL tienen un mayor riesgo cardiovascular, incluso si su colesterol total es inferior a 200 mg/dl. Los niveles bajos de HDL a menudo son una consecuencia de la inactividad física, la obesidad o el hábito de fumar. También es común que las personas que padecen de diabetes tipo 2 tengan niveles bajos de colesterol HDL. Los hombres, en general, tienen niveles más bajos de colesterol HDL que las mujeres, porque la hormona femenina estrógeno aumenta el HDL. Pero cuando las mujeres dejan de menstruar, sus niveles de HDL pueden disminuir.

Las personas con niveles elevados de triglicéridos a menudo son obesas o tienen niveles bajos de colesterol HDL, presión arterial alta o diabetes, todos ellos, factores de riesgo cardiovascular. 

Triglicéridos

Y por último, otro participante en esta historia son los triglicéridos, que son grasas que suministran energía a los músculos. Al igual que el colesterol, son transportados a las células del organismo por las lipoproteínas de la sangre. Una alimentación alta en grasas saturadas o hidratos de carbono puede elevar los niveles de triglicéridos. Se cree que los niveles elevados aumentan el riesgo cardiovascular, pero no todos los científicos concuerdan en que los niveles elevados de triglicéridos, independientemente de otros factores, constituyen un factor de riesgo cardiovascular, lo cual es muy controversial. Las personas con niveles elevados de triglicéridos a menudo son obesas o tienen niveles bajos de colesterol HDL, presión arterial alta o diabetes, todos ellos, factores de riesgo cardiovascular. Los niveles muy elevados de triglicéridos (más de 1000 mg/dl) pueden producir dolor abdominal y una enfermedad potencialmente mortal del páncreas denominada pancreatitis.

Recomendaciones.

En general se recomienda que atendamos este problema de salud, ya que sino le prestamos atención oportunamente, evoluciona con el tiempo y después las lesiones en las arterias son irreversibles. Se recomienda llevar una alimentación baja en alimentos grasos de origen animal (principalmente carnes rojas y grasosas). Otra medida a realizar es el control de los lácteos que consumimos, como todo en la vida, los excesos no son buenos. Se sugiere en general optar por alimentos descremados o que nos ayuden a disminuir la ingesta de grasas, realizar actividad física, evitar fumar y sobre todo, llevar un control y tratamiento con medicamentos diseñados para bajar los niveles de grasas en sangre. Definitivamente tenemos que realizarnos un perfil de lípidos en sangre con intervalos de tiempo razonables para valorar todo en conjunto: Colesterol, LDL, HDL, triglicéridos y otras mediciones especiales que hará nuestro médico para definir el mejor tratamiento para nosotros.