La constancia se ve distinta
Hay dos cosas que no me canso de repetir a mis alumnas en los talleres de escritura: “Tu ritmo es sagrado” y “La constancia se ve distinta para cada quien”. Y de verdad lo creo. Lo que pasa es que una es muy buena para decir pero luego se tropieza con la autoexigencia y entonces ya no es tan buena para hacer.